Cancun, Q.Roo, 10 Abril 2017, poderycritica.- Las cifras de los delitos cometidos por el crimen organizado se han disparado de manera alarmante en la otrora paradisiaca ciudad de Cancún, hoy el temor y la desesperanza asolan las calles del municipio de Benito Juárez, sin que las autoridades encabezadas por Remberto Estrada ofrezcan un ápice de soluciones.
La violencia es cada vez mayor y más cruda, los crímenes quedan impunes y son cada vez con mayor crueldad, con un descaro, fruto del casi inexistente accionar de las autoridades para combatirlo.
Nadie diría que una ciudad que ha sobrevivido a los crueles embates de la naturaleza, como el caso del huracán wilma, terminaría siendo devastada por los seres humanos. Azotado con más fuerza que el peor de los huracanes es como se encuentra el destino turístico más importante del país, pareciera que pretenden matar a la gallina de los huevos de oro. La venta de estupefacientes es un negocio que se realiza a plena luz del día, con flagrancia y total impunidad. Nadie los molesta. Solo entre los mismos rivales se producen escarceos que generalmente engrosan la estadística de víctimas mortales. Hay un total aprovechamiento de un cabildo acéfalo, de lo que sus detractores más atrevidos califican como una marioneta de intereses oscuros detrás del juvenil munícipe.
Ese imberbe chaval que soñó que podía regir los destinos de la ciudad que nunca duerme, en realidad solo atiende a los designios de quienes mueven los hilos a su propia conveniencia, sepultando cualquier aspiración política futura por los escasos y muy malos resultados que apenas iniciando su gestión está dando y que no se ve por donde puedan cambiar o revertir, dada la inexperiencia de la que está haciendo gala desde que tomó posesión del cargo.
Si a esto se le suma el desconocimiento del problema, la ineptitud, el valemadrismo político, la falta de sensibilidad y una total indiferencia, la situación se convierte en una espiral sin fondo, en un marasmo de anarquía, terror y violencia. Ya río revuelto, ganancia de pescadores. Lo malo es que los pescadores en este caso concreto, son los delincuentes.
Ya el gobernador ha tenido que intervenir dada la magnitud que se está experimentando en el día a día, el incremento exponencial que están teniendo los delitos han obligado al máximo mandatario estatal a enviar fuerzas de apoyo, a solicitar la intervención de la federación para salvaguardar la integridad de los cancunenses.
Mientras tanto, el flamante presidente municipal de Benito Juárez, sigue bailando al son que le tocan las mafias que operan a lo largo y ancho de Cancún.