PODER Y CRÍTICA | REDACCIÓN | Gabriela Ramos, Subdirectora General de Ciencias Sociales y Humanas de la UNESCO, hace un llamado a prepararse mejor ante la Inteligencia Artificial (IA) para que no se reproduzcan o magnifiquen las desigualdades del mundo análogo, como actualmente sucede.
«Una de mis preocupaciones más importantes es que estemos reproduciendo las desigualdades del mundo análogo: alta concentración de recursos, de competencias, de inversiones, de capital, de tecnología en algunos países, en algunos grupos -de hombres, usualmente-, y las desigualdades de género análogas se están magnificando en el mundo digital», advierte en entrevista.
El porcentaje de mujeres al frente de una empresa multinacional, según las listas de Forbes, oscila entre 5 y 10 por ciento, señala Ramos, y lo mismo ocurre con las empresas tecnológicas, con un porcentaje de mujeres de alrededor del 2 porcentual.
«Sólo 22 por ciento de la fuerza laboral del sector de Inteligencia Artificial está compuesto por mujeres», revela.
«Es un desarrollo tecnológico muy desigual desarrollado por hombres, usualmente hombres blancos, de países avanzados, y entonces estás simplemente trasladando todos estos sesgos a las tecnologías, y lo vimos con las tecnologías de reconocimiento facial, que tenían un margen de error respecto de hombres blancos muy bajo y un margen de error respecto de mujeres negras altísimo», contrasta.
No se trata de un tema menor, indica, porque estas tecnologías de identificación se utilizan para decidir, por ejemplo, si se adjudica o no un crédito financiero o para la distribución de beneficios sociales.
«Y si tienes esos datos sesgados, ya estamos en un problema. De ahí la importancia de tener también una perspectiva de género en los desarrollos tecnológicos».