PODER Y CRÍTICA | REDACCIÓN | En un intento por recuperar el control de las calles de la capital de Haití, la policía y los guardias del Palacio Nacional se movilizaron el sábado después de una serie de ataques perpetrados por grupos delictivos en al menos tres estaciones policiales.
Acompañados por una camioneta blindada, los guardias del Palacio Nacional trataron de establecer un perímetro de seguridad alrededor de las estaciones afectadas en el centro de la ciudad, tras los enfrentamientos registrados la noche anterior.
A pesar de los esfuerzos por restablecer el orden, se continuaron escuchando disparos esporádicos durante el sábado, mientras que en las calles, una mujer yacía en el suelo, visiblemente herida en la pierna por una bala perdida, mostrando el dramatismo de la situación en Puerto Príncipe.
Durante más de una semana, el país ha sido testigo de una parálisis causada por los implacables ataques perpetrados por pandillas y lo han dejado con pocas reservas de productos básicos. Las autoridades haitianas ampliaron un estado de emergencia y un toque de queda nocturno el jueves, cuando las pandillas continuaban atacando instituciones estatales clave.
Líderes caribeños emitieron el viernes por la noche un llamado para una reunión de emergencia el lunes en Jamaica sobre lo que calificaron como la situación “grave” de Haití. A la reunión invitaron a Estados Unidos, Francia, Canadá, la ONU y Brasil.
Miembros del bloque comercial regional Caricom, han intentado durante meses que los actores políticos en Haití acepten formar un gobierno de unidad transicional.
Pero los haitianos promedio, muchos de los cuales han sido forzados a dejar sus hogares debido a las sangrientas luchas callejeras, no pueden esperar. El problema para que la policía proteja edificios gubernamentales es que muchos haitianos han entrado a ellos en busca de refugio.
“Nosotros somos los que pagamos impuestos y necesitamos tener refugio”, dijo una mujer que no dio su nombre por motivos de seguridad.
Otro residente de Puerto Príncipe, que tampoco reveló su nombre, describió los ataques masivos del viernes.
“Ellos (las pandillas) llegaron con grandes armas de fuego. Nosotros no tenemos armas de fuego y no podemos defendernos. Todos nosotros, los niños, estamos sufriendo”, dijo el hombre.
Con información de AP