El gravísimo asesinato del jefe de reglamentos de Paraíso, acaecido cerca de su hogar en Villa Tecolutilla, Comalcalco el secuestro de un médico cuando se dirigía a su rancho, son una muestra de que la seguridad que reinó durante el mandato de Héctor “el toro” Peralta Grappin, se ha empezado a perder a escasos 2 meses de haber tomado posesión del cargo Javier May Rodríguez. En el discurso del yo no fui, han dejado de procurarle seguridad al pueblo, empeñados en achacarle cuentas a su antecesor, tal vez con la finalidad de demostrar su honestidad (no deja de repetir la letanía que AMLO, su mentor, le impuso) y vanagloriarse en un excesivo afán de protagonismo político. Es lamentable que se siga exhibiendo esa actitud revanchista, en lugar de cumplir con la obligación adquirida el día que los ciudadanos depositaron su confianza en sus promesas de campaña, máxime cuando de acuerdo con las auditorías del congreso del estado, no existen elementos que sugieran un manejo inadecuado de los recursos municipales. El compromiso de los gobernantes, debe ser atender las necesidades de sus gobernados, si bien, parte de esa obligación debe ser castigar a quienes abusen de sus cargos, es negligencia el anteponer intereses personales en vilipendiar a quién en justicia realizó el mejor trabajo de todo el estado, y dejar a la deriva la seguridad de la ciudadanía. Este semanario expresa el más enérgico repudio a los hechos violentos ocurridos, exige justicia a las autoridades de Comalcalco, empezando por el presidente Javier May y se solidariza con el dolor de los deudos de las víctimas.
Revista edición impresa año 8 #135
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