México, 2 Marzo; poderycritica.- Dotado con extraordinarias habilidades de invención y asimilación, el compositor italiano Aldo Clementi murió hace cinco años, el 3 de marzo del 2011, y es recordado como un genio musical y el último de los sobrevivientes de la vanguardia italiana.
Aldo Clementi nació en Sicilia, el 25 de mayo de 1925. Su padre era un violinista amateur, amante de la música clásica, y contagió al pequeño Aldo su gusto por la música, ámbito en el que él poseía un talento innato, pero comenzó a pulir con lecciones de piano a los 13 años.
Algún tiempo después se hizo alumno de Alfredo Sangiorgi, quien a su vez fue pupilo de Arnold Schoenberg (1874-1951). Fue Sangiorgi quien lo introdujo a la técnica de composición dodecafónica.
Su formación musical incluye también estudios de composición en el Conservatorio de Roma con Goffredo Petrassi (1904-2003), que de acuerdo con el diario “The Guardian”, sigue siendo “el gran maestro del neo-clasicismo italiano”.
De 1955 a 1962 realizó algunos cursos en Darmstadt, escuela de música en Berlín, y compuso “Tre Studi orquesta de cámara” (1956-57), “Composizione n.1 para piano” (1957) y “Triplum” (1960), mismas que fueron interpretadas por primera vez en aquella institución alemana.
La primera aparición importante de Clementi al término de sus estudios de composición, fue la interpretación de “Cantata”, un set de fragmentos de la obra de Pedro Calderón de la Barca (1600-1681), que fue transmitido a través de la Radio de Hamburgo en 1956, como parte del ciclo Das neue Werk.
El portal “Bach Cantatas” apunta que 1956 fue un año importante para el compositor, pues conoció a Bruno Maderna (1920-1973), quien le abrió la puerta a nuevos horizontes que influyeron decisivamente en su pensamiento musical.
Clementi destacó por resistirse a aceptar los procesos convencionales de composición, en lugar de eso trabajó con un método propio, único e ingenioso para crear música nueva.
Según una reseña de David Osmond-Smith, su lenguaje musical es extremadamente articulado y profundo, fundado en la fascinación por las repeticiones obsesivas, collages, cánones y complejas texturas rítmicas que hipnotizan el oído.
No obstante, el ritmo se mantiene fresco, dinámico y altamente disfrutable, considerado como una incursión imprescindible de los amantes modernos de la música y un descubrimiento obligado para los escuchas aventurados.
En 1959, Aldo Clementi ganó el primer premio del concurso de la Sociedad Internacional para la Música Contemporánea con “Collage” (1961) pieza inspirada en el material visual de la autoría de Achille Perilli, pintor italiano, que el compositor presentó en la Academia Filarmónica Romana.
De su repertorio operístico se recuerdan dos piezas teatrales “Es” (1980) y “Carillon” (1992) compuesta por encargo del Teatro Scala de Milán.
Aldo Clementi fue uno de los últimos miembros sobrevivientes de la vanguardia italiana de la posguerra. Antes de morir, el 3 de marzo de 2011, fue celebrado con numerosos homenajes en distintas universidades y festivales de música contemporánea en su país de origen.