Bruselas, Bélgica; 1 de abril; poder&crítica.- El gobierno belga y los sindicatos policiales lograron un acuerdo para reforzar las medidas de seguridad del aeropuerto de Bruselas-Zaventem, cerrado desde el 22 de marzo a causa del atentado que sufrió, de manera que pueda volver a operar parcialmente desde el domingo.
El preacuerdo deberá ser ahora avalado por el ministro belga del Interior, Jan Jambon, que está actualmente en Washington donde participa en la IV Cumbre de Seguridad Nuclear y no tiene previsto su regreso a Bruselas hasta el sábado, indicó una fuente sindical a la agencia Belga.
El Consejo Nacional de Seguridad abordó la reapertura parcial del aeropuerto, algo que dificultaba el preaviso de huelga activado por los agentes de policía que trabajan en él y que habían denunciado fallos de seguridad en el aeródromo y falta de medios.
Si el acuerdo se confirma, el aeropuerto podría reabrirse a partir del domingo, señaló la cadena pública RTBF, que cita a otras fuentes.
Sobre la mesa hay un plan para que el aeropuerto empiece a funcionar al 20 por ciento de su capacidad, señalan ambos medios.
El aeropuerto de Bruselas ya había recibido el visto bueno del servicio de Bomberos y de la Dirección General del Transporte Aéreo (DGTA) para una reapertura parcial a los vuelos de pasajeros.
En cambio, el bloqueo en las conversaciones entre el gobierno y los sindicatos de los policías que garantizan la vigilancia de sus instalaciones aún no permitían que el aeródromo retomara sus actividades.
En la reunión del Consejo Nacional de Seguridad, que aglutina a diferentes ministros y a representantes de los servicios policiales, los sindicatos del personal del aeropuerto de Bruselas manifestaron igualmente su preocupación por los problemas de seguridad.
Los sindicatos policiales del aeropuerto de Zaventem habían depositado antes del día de los atentados su preaviso de huelga ante las deficiencias que, según aseguran, han constatado en la seguridad de sus instalaciones.
Además, esta semana un centenar de los aproximadamente 400 agentes que trabajan allí indicaron en una carta abierta a su jerarquía los principales fallos que consideran prioritario atender, como la falta de seguridad en la zona de la terminal abierta al público o las armas e instalaciones anticuadas con las que deben realizar su trabajo.
Por su parte el metro de Bruselas, objetivo de otra de las explosiones del 22-M, así como los tranvías subterráneos, mantendrán restringido su servicio como en los últimos días, de manera que no efectuarán parada en algunas estaciones.
Las cuatro líneas de metro operarán sólo de 05:00 a 17:00 GMT, según informó la empresa que gestiona los transportes públicos de la capital (Stib).