Ciudad del Vaticano, 6 de Octubre;poderycritica. (Notimex).- Cuatro mexicanos, tres obispos y un asesor, participan desde hoy en la asamblea extraordinaria del Sínodo de los Obispos, la cumbre convocada por el Papa para analizar los desafíos de la familia en el contexto actual.
Entre ellos destacan el cardenal José Francisco Robles Ortega, arzobispo de Guadalajara y presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM); así como Carlos Aguiar Retes, arzobispo de Tlalnepantla y presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam).
Además de Alonso Gerardo Garza Treviño, obispo de Piedras Negras, y Rodrigo Guerra López, director general del Centro de Investigación Social Avanzada.
Los primeros tres fungen como “padres sinodales”, es decir que tendrán voz y voto en la reunión, mientras que Guerra López asiste como “colaborador del secretario especial” del Sínodo, al cual asesorará en asuntos puntuales.
“Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la evangelización” es el título de la asamblea que sesionará hasta el próximo 19 de octubre en la Sala Nueva del Sínodo ubicada dentro del complejo del Aula Pablo VI del Vaticano.
Aguiar Retes asistió este lunes a la primera conferencia de prensa del Sínodo, junto al relator, el cardenal húngaro Peter Erdo, y al presidente delegado, el purpurado francés Andre Vingt-Trois.
El presidente del Celam estimó que varios de los padres sinodales de América Latina propondrán que durante la asamblea se analicen temas como la migración, porque trae como consecuencia el rompimiento de muchas familias, sea entre esposo y esposa, padres e hijos, lo cual es un drama en algunos países de América Latina.
“El otro tema es que derivado de la migración existe un problema muy fuerte relacionado con el secuestro de personas porque quedan sin identidad cuando atraviesan ilegalmente los países y son objeto de secuestro, de muerte o de trata para negocios sexuales”, indicó.
Añadió que otro fenómeno extendido en América Latina es la presencia de hogares cuya cabeza es sólo una persona, en la mayoría de los casos una mujer que debe salir adelante sola con los hijos.
“Otro aspecto que nos duele mucho es que somos la región más inequitativa del mundo aunque no somos la más pobre y esa inequidad se manifiesta fuertemente en la ausencia de una educación de calidad en algunos sectores y esta ausencia trae muchas veces como consecuencia el aumento de la violencia intrafamiliar”, apuntó.