Roma, 28 de Octubre; poderycritica. (Notimex).- El presidente italiano Giorgio Napolitano aseguró hoy a los jueces que lo interrogaron que nunca supo de supuestos acuerdos entre aparatos del Estado y Cosa Nostra, la mafia siciliana, en los años 90.
El mandatario fue interrogado por más de tres horas en el Palacio del Quirinale de Roma, la sede de la presidencia, por los fiscales del proceso en el que se busca aclarar si hubo una negociación con la mafia siciliana para poner fin a una ola de atentados que la organización criminal lanzó entre 1992 y 1993.
“El presidente nunca habló explícitamente de una tratativa o sobre el hecho de que habría sido objetivo de un atentado en 1992 o 1993”, señaló Nicoletta Piergentile, abogada de uno de los imputados, el senador y ex ministro del Interior, Nicola Mancino.
En declaraciones, Piergentile dijo que Napolitano “nunca se sintió mínimamente turbado porque eso era parte de su rol institucional”.
El interrogatorio estuvo cerrado para los periodistas y las cámaras de televisión, por lo que el contenido del mismo fue revelado por los abogados presentes en el acto.
Luca Cianferoni, defensor del principal jefe de Cosa Nostra, Salvatore “Totó” Riina (encarcelado desde 1992 y considerado el principal autor intelectual de la estrategia terrorista), confirmó a los medios que Napolitano respondió a las 40 preguntas que le presentaron los fiscales.
Señaló que el jefe de Estado pidió al presidente de la Corte de Palermo, Alfredo Montalto poder responder también a demandas que él como defensor de Riina le presentó y que el tribunal había declarado inadmisibles.
Pero según Cianferoni, Napolitanno fue “muy genérico” cuando habló de la carta en la que su consejero jurídico, Loris D’Ambrosio (fallecido en 2012) le reveló sus temores de ser “ingenuo escribano de acuerdos indecibles” a inicios de los 90, cuando habría tenido lugar la negociación de representantes de las instituciones con la mafia.
“El presidente defendió la memoria de D’Ambrosio, que era una persona decente. Pero todos estos son buenos y había malos que los chantajeaban; en el expediente no se habla sólo de la mafia, también de la masonería”, refirió.
De acuerdo con un comunicado de la presidencia italiana dijo esperar que la transcripción de las declaraciones de Napolitano sea dada a conocer lo antes posible a los medios de información y a la opinión pública.
Subrayó que el mandatario respondió “con la máxima transparencia y serenidad”.
La fiscalía de Palermo pidió interrogar a Napolitano luego de que se conociera el contenido de la carta de D’Ambrosio.
Además, en 2011 fueron interceptadas dos conversaciones telefónicas en las que Mancino, que entre 1992 y 1994 fue ministro del Interior, pedía a un consejero del mandatario frenar la indagación sobre el presunto pacto entre el Estado y la mafia.
Mancino fue después acusado de falso testimonio en el proceso de Palermo, en el que también son imputados los principales jefes de la mafia siciliana, sicarios menores y altos mandos de los carabineros, como los generales Mario Mori y Antonio Subranni y el ex senador Marcello Dell’Utri, estrecho colaborador del ex primer ministro, Silvio Berlusconi.
Supuestamente la negociación del gobierno con Cosa Nostra permitió poner fin a la ola de atentados cometidos por la organización criminal entre 1992 y 1993, como los asesinatos de los jueces antimafia Giovanni Falcone y Paolo Borsellino.
También bombazos en Florencia, Roma y Milán que causaron varios muertos, decenas de heridos y daños incalculables al patrimonio artístico.
En los 90 la mafia lanzó la más violenta ofensiva de su historia contra el Estado para exigir la suavización de las sentencias del llamado “maxi proceso”, celebrado entre 1986 y 1992, en el que casi 400 mafiosos fueron condenados a penas que en total sumaron dos mil 665 años de prisión.