México, 31 mayo; poderycritica.-El enfrentamiento entre los cárteles de Sinaloa y Nueva Generación ha generado en La Paz, Baja California Sur, 232 homicidios en los últimos dos años, lo que coloca a la capital del estado entre los 15 municipios más violentos del país.
Mientras en las calles los ajustes de cuentas se suceden, el Sistema Nacional de Seguridad Pública reporta que entre febrero de 2014 y febrero de 2016 ocurrieron 232 homicidios dolosos en Baja California Sur. Pero no siempre fue así. En el bienio inmediato anterior (2011-2013) hubo 129 asesinatos.
El incremento de la violencia en los últimos dos años hizo que La Paz se convirtiera en el décimoquinto municipio más sangriento del país, de acuerdo con el informe “La violencia en los municipios de México 2015”. A ello se suma la cuarta alerta que lanzó en abril pasado el Departamento de Estado de Estados Unidos, para que sus connacionales tengan cuidado durante su visita a la capital de la entidad y a Los Cabos, destinos habitualmente asociados a las vacaciones, el confort y la tranquilidad.
Expertos y empresarios consultados coinciden en que el incremento de la violencia se debe a disputas del crimen organizado desde la captura de “Chapo” Guzmán.
“El problema no es sólo la violencia, son grupos criminales que se están peleando la plaza (…) De dos años para acá van 200 personas cuya muerte se relaciona con venta de droga”, señala Arturo Rubio Ruiz, abogado y representante legal del Consejo Ciudadano para la Atención de Víctimas del Delito en Baja California Sur, quien solicitó la destitución del procurador de Justicia, Erasmo Palemón Alamilla.
Víctor Martínez de Escobar, empresario y ex diputado local del Partido Acción Nacional (PAN), cuenta que recientemente “se desató una guerra entre cárteles sin que los gobiernos estatal, municipal y federal pudieran hacer absolutamente nada”.
Uno de los grupos que pelean a fuego y sangre es el cártel Nueva Generación, que “está queriendo entrar a La Paz, Ensenada y Tijuana; todo esto se deriva después de que detuvieron al ´Chapo´. [Nemesio Oseguera] ´El Mencho´está volviendo a querer atacar las plazas”, comenta una fuente policial que pide, por seguridad, anonimato.
“[Con la extradición de Joaquín Guzmán Loera] va a venir un reacomodo fortísimo y la entrada de cárteles pequeños”, añade Martínez de Escobar.
El vaticinio de José Antonio Ortega, presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal va más allá: “Con la resolución del gobierno mexicano aprobando su extradición, esta lucha se va a recrudecer en Baja California y Baja California Sur”.
Los episodios de terror se proyectaron en 2015: dos sicarios y un policía terminaron desplomados en un tiroteo. La escena acabó con la captura de Cruz Alonso Lozoya Uriarte, “El Grande”, vinculado a “Los Dámaso” y contrario al grupo del sinaloense Ismael “El Mayo” Zambada, acusados de sembrar terror en las calles paceñas.
Hubo otro más reciente. El 21 de febrero se dio una lucha encarnizada entre ambos frentes. “Los Mayitos” levantaron y desaparecieron a un lugarteniente de “Los Dámaso”.
Tras la recaptura de “Chapo”, uno de sus sitios fetiche se convirtió en un campo de batalla por ver quién controlaba la plaza. “Drogas, armas y sicarios llegan en pangas de las costas de Sinaloa”, dice Martínez de Escobar.
Históricamente, La Baja —como le dicen los oriundos— ha sido un territorio dominado por el cártel de Sinaloa. En diciembre pasado, la DEA confirmó un nuevo mapa de cárteles, donde señalan que en BCS hay casi control absoluto de los sinaloenses. Con excepción del Nueva Generación en la capital y Los Cabos.
La tranquilidad de las playas a la orilla del desierto enamoró al capo oriundo de Badiraguato. Baja California Sur se convirtió en uno de sus lugares predilectos para vacacionar entre 2002-2013, así lo demostró una investigación federal con número de averiguación previa PGR/SEIDO/UEITA/0184/2013. Con presunto apoyo de personal de aeronáutica civil, policías y militares, Guzmán Loera y su gente usaron una avioneta tipo Cessna 206 para viajar decenas de veces a La Baja. Era tanta la confianza que sentía en este territorio, que tenía una pista de aterrizaje clandestina, localizada entre San José del Cabo y Cabo San Lucas, además de usar aeródromos en Punta Arena y Los Barriles.
Ahora no disfruta estas aguas tibias, pero su presencia en el mapa criminal sigue. Por eso la oleada de violencia en todo BCS, que según Ortega Sánchez, está relacionada con su recaptura, como ocurrió en 2014, cuando despuntó la violencia en la entidad, y dada la importancia que ostenta este territorio para el trasiego de drogas hacia EU. “Conforme avance el proceso para su extradición, esta lucha se va a recrudecer en Baja California y Baja California Sur”.
Condiciones de inseguridad continúan
Dos personas fueron ejecutadas en Baja California Sur entre el sábado y el domingo pasados. Una de ellas, en un ataque por dos encapuchados que abrieron fuego en Playa Loreto; la segunda recibió un tiro en la cabeza y se localizó en la carretera La Paz-Todos Santos. A estos homicidios, se sumó el hecho de que en el municipio de Mulegé se detuvo un tráiler con 20 paquetes de cocaína (casi 22 kilos) en el kilómetro 41+500 de la carretera federal No. 2 Chihuahua-Tijuana.