Felipe Carrillo Puerto, Q. Roo, Martes 20 de Octubre de 2020, poderycrítica.- Un grupo de once mujeres mayas rompieron con la barrera que impedía a hermanas, madres y abuelas comunicarse ante un caso de violencia, debido a que ahora son acompañadas y orientadas en la lengua maya mediante la Casa de la Mujer Indígena (CAMI).
Maritza del Carmen Yeh Chan coordinadora del lugar, indicó que desde el mes de marzo de este año fue que empezó el acompañamiento legal y psicológico de mujeres que sufren de algún tipo de violencia.
Desde entonces han recorrido más de 10 comunidades rurales en las que se encuentran X-hazil, Dzula, Chunhuhub, Kopchén, San Luis, entre otras, y en las que ha incrementado considerablemente los casos de mujeres que viven violencia, quienes están recibiendo asesoría y orientación en su propia lengua.
Por su parte Floridelma Chi Poot, explicó que su aportación a la Casa de la Mujer Indígena es la de conservar las costumbres y tradiciones que nos han heredado sus ancestros, además de contribuir en el fomento de un jardín botánico con plantas medicinales de la región, debido a que durante la pandemia familias mayas han volteado a ver la medicina tradicional.
En la Casa de la Mujer Indígena también acuden «sobadoras» para continuar con esta práctica y por ahora no se ofrecen servicios de parto, sin embargo no se descarta que más adelante ya se cuente con ello.
Explicó que la Casa de la Mujer Indígena U Muk’il Ko’olelo’ob «María Uicab» tiene abierta sus puertas a todas aquellas mujeres que necesiten de apoyo legal y psicológico.
Además de ello se imparten en las comunidades, talleres de prevención de la violencia de género, así como derechos humanos dirigidos a mujeres adultas, jóvenes y niñez indígena.
Es fundamental la atención que se brinda a mujeres mayas que sufren de violencia, por lo que ese acompañamiento debe continuar. En este sentido se pidió a la federación que no se recorte el presupuesto como sucedió este año en la que solo se les autorizó el 50 por ciento.
El recurso para el desarrollo de actividades de la (CAMI) es otorgado por el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas (INPI) a través del programa Derechos Indígenas.