Tenosique, Tabasco, 9 de enero de 2016.
Paco Llanos. Poder & Crítica.
Se han cumplido poco más de 13 meses desde que el priísta Francisco Abreu Vela tomara posesión como alcalde constitucional del municipio de Tenosique, Tabasco; y sin embargo, sólo eso ha bastado para que la Institución que preside, se torne en una bomba de corruptelas y falta de rendición de cuentas en el manejo de los recursos del erario público próxima a explotar.
Tal como informó el Instituto de Transparencia tabasqueño, tan sólo en el mes de enero del año que comienza, Francisco Abreu ha posicionado a su municipio como el primer lugar en el estado en solicitudes de información no contestadas, o bien, si lo hace, es de manera sesgada y reservándose datos importantes. Algunos ejemplos a continuación.
Ante la solicitud de las percepciones totales de la nómina municipal, tanto de la lista de raya como el personal de confianza, el Ayuntamiento Municipal se limita a publicar el sueldo base de la mayoría de los trabajadores, sin desglosar sus compensaciones (salvo en algunos casos específicos), o bien, presentando sueldos inverosímiles, no acordes a la vida real que llevan los funcionarios (¿Jaime Lastra Escudero, Alberto Ara Luna?).
Por principio de cuentas tenemos el caso del mismo alcalde, quien cae en contradicciones muy obvias. En el documento de nómina que el Ayuntamiento de Tenosique proporcionó a investigadores de Poder & Crítica, Francisco Abreu declara que su sueldo más compensación llega a 21 mil 615.20 pesos, mientras que en su declaración patrimonial, la cual es rellenada por el puño y letra del mandatario, expone que sus percepciones netas son de 103 mil 116 pesos mensuales. Una diferencia difícil de pasar por alto y que sin duda a más de uno levanta no sólo suspicacias, sino la percepción de una total falta de honestidad hacia el pueblo, porque si así está la cabeza, entonces, ¿Cómo se encuentra el cuerpo?
Por otro lado hablando de los Regidores, de quienes curiosamente sí se desglosa su salario completo, Abreu Vela les sirve con la cuchara grande, destinando más de 3 millones 100 mil pesos al año tan sólo para su sueldo (básicamente lo que cuesta pavimentar dos calles completas, incluyendo tuberías de agua potable y drenaje) favoreciendo naturalmente a los de su propio partido, mientras que a los regidores opositores paga considerablemente menos.
También está el caso de más de 30 nombres reconocidos como “aviadores”, esto es, personas que cobran en nómina sin trabajar. Entre los nombres expuestos se encuentra el de José Antonio Maza Fuentes, ex-presidente municipal y tío de Francisco Abreu; Ramsés Contreras Hernández, ex Director de Fomento Económico y Turismo en la Administración del ex alcalde Beto Vega; María Teresa Sánchez Samaniego, abogada, activista y admiradora de Andrés Manuel López Obrador; Roberto Chávez Bueno, hermano del ex precandidato priísta, Martín Chávez Bueno; Perla Marina Golib Marí, activista allegada al ex alcalde perredista Raúl Gutiérrez; María Antonieta Bolón Jasso, sobrina de la Diputada Local perredista Yolanda Bolón; Víctor Suárez Madariaga, ex- presidente del PRI municipal; Elisa Valdez, ex esposa del anterior alcalde Antonio Solá, así como de otros con quienes el actual presidente municipal tiene compromisos políticos.
Además, también se reconocen en la nómina a más de 11 familiares directos, como el mismo José Antonio Maza Fuentes, anteriormente citado; y donde también se encuentran demás tíos, primos hermanos, primos en segundo grado y sobrinos. Tal es el caso de Antonino Vela Maza, tío; Marisol Abreu Becerra, prima hermana del presidente e hija del anterior regidor perredista Jorge Abreu; también Ana Leonor Vela Pacheco, prima en segundo grado; José Valentín y Víctor Manuel Maza Pérez, hermanos y primos del alcalde en segundo grado; o José Luís Vela González, sobrino.
El Órgano de Fiscalización del Estado debería poner especial atención en este asunto, pues en este momento representa una bomba de tiempo, en antesala a un año electoral en que las Instituciones Gubernamentales se encuentran severamente criticadas y desgastadas por su suavidad de juicio al tratar con temas de nepotismo y corrupción.
Los compromisos políticos y familiares del alcalde han eclipsado totalmente los que contrajo con los ciudadanos en tiempos de campaña; de hecho, se registran más de 50 nombres que ya ni siquiera se molestan en llegar a sus lugares de trabajo, sino que operan, por órdenes de Francisco Abreu, en labores políticas, preparando una estructura electoral de cara a una obsesiva y cada vez menos posible, pero muy ansiada reelección en 2018.
A simple vista, se reconocen Jorge Antonio Vargas Cruz, Genovel Real Magaña, Víctor Manuel Pérez Nava, Miguel Rodríguez Vivanco, Valentín Jiménez Blancas, Jesús Juárez Vázquez, Fabiola Arcos Arcos, José Inés Solórzano Gómez, Piedad Quen Pérez, Ángela Zetina Pérez y Fermín Cortés, por sólo mencionar algunos.
Hasta ahora, el órgano electoral correspondiente no ha tomado cartas de lo que sucede en el Municipio, pues no sólo son los actos anticipados de campaña, sino también es la sobresaturación de la imagen de Abreu Vela en lonas, eventos y gastos de difusión, muchas veces innecesarios y por demás prohibidos en la ley: gastos estratosféricos mientras que la calles se caen a pedazos.
Tenosique es hoy un microcosmos del país, una mímica de otros Gobiernos que siguiendo las mismas prácticas, cayeron por su propia voracidad y su obsesión con el poder, al ponerlas por encima de su principal propósito: administrar y ofrecer mejores oportunidades a sus pueblo. Francisco Abreu Vela se une a la larga lista de jóvenes funcionarios públicos que han perdido todo, en aras de ganarlo a costas de la gente (Javier Duarte, Roberto Borges, Manuel Velasco, etc.).
No sin motivo es cada vez más evidente en las redes sociales el rechazo de la ciudadanía hacia el presidente municipal, que en el pasado se gloriaba en su juventud y visión, pero que desde Diciembre es protagonista de memes, escándalos, comentarios ofensivos y culpas que arrastra una Administración que no termina de levantar, ni social, ni política, ni electoralmente.
Falta de infraestructura municipal.