PODER Y CRÍTICA | Cada 6 de enero, México celebra la tradición de los Reyes Magos donde cuenta la historia que tres magos del Oriente montados en un camello, un caballo y un elefante emprendieron el viaje guiados por una brillante estrella para adorar al Niño Jesús que acababa de nacer.
Sin embargo, la única alusión que se tiene sobre estos personajes aparece en el Evangelio de San Mateo, en el que se menciona a unos ‘magos’, de quienes no da nombres, ni dice que fueran reyes y mucho menos que fueran tres.
Según el Evangelio, San Mateo, capítulo 2, versículos 1 a 12, unos magos llegados de Oriente fueron guiados por una estrella para que adorasen al rey de los judíos que acababa de nacer.
“Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos, diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.
El Origen de Melchor, Gaspar y Baltasar
El origen de los Reyes Magos tal como los conocemos en la actualidad tiene su origen en una larga tradición medieval que los “bautizó” con los nombres de Melchor, Gaspar y Baltasar.
Es en el ‘Auto de los Reyes Magos’, una obra fundamental en la historia de la literatura española que aparecen Melchor, Gaspar y Baltasar, pero no son definidos como “reyes”, sino como astrólogos.
En algunos puntos de Europa, el día 6 de enero, comenzaron a escribir sus iniciales, GBM, en todas las puertas de las casas y en los establos para salvaguardar a las personas y a los animales contra el ataque de demonios y brujas.
Con la llegada de los españoles a México, la adoración de los Reyes Magos jugó un papel importante en la Evangelización de la Nueva España y desde entonces forma parte de la Cultura Mexicana.
Información de Vanguardia