Elisa Vargas Lugo, investigadora de la UNAM desde 1953 y experta en el estudio del barroco, criticó el proyecto del Museo Internacional Barroco de Puebla —que se realizará y tendrá una inversión de mil 390 millones de pesos— durante la ceremonia que conmemoró este domingo los 50 años de la apertura del Museo Nacional de Virreinato.
“Me refiero al innecesario proyecto poblano de crear un nuevo museo barroco; no he podido dejar de decir esto, porque la ciudad de Puebla entera es el mejor exponente de lo que es un ambiente barroco. Entonces, como que sobra hacer un museo donde ya existe una ciudad barroca, pero en fin, veamos qué es lo que sucede”. Luego de este fuerte cuestionamiento, y de que destacara la indudable importancia del Museo Nacional del Virreinato en el panorama de la historia de México, Vargas Lugo recibió la Medalla Conmemorativa del referido museo, que fue creado en 1964 por el entonces presidente Adolfo López Mateos.En el altar mayor del templo de San Francisco Javier, construido en 1770, la directora del INAH le entregó también esa presea a Avecita López Mateos, hija del ex presidente López Mateos.
En el acto, Franco subrayó que “la creación del Museo Nacional del Virreinato respondió a un planteamiento que lo enlazaba con el proyecto del Museo Nacional de Antropología y la revitalización del Museo de Historia Natural. Su función fue y ha sido, abarcar 300 años para complementar el ser de México”.
De esta forma y con la apertura de la exposición Magníficat. Secretos de los libros del coro, que muestra la importancia de los procesos de conservación en estos objetos patrimoniales, se festejaron las cinco décadas de que el Museo Nacional del Virreinato abriera sus puertas por primera vez, el 19 de septiembre de 1964.
Este inmueble religioso se creó con la finalidad de conservar, investigar, exhibir y difundir las manifestaciones artísticas y culturales de la época virreinal y tiene por sede el ex colegio jesuita de Tepotzotlán ubicado en el Estado de México.
Dicha joya monumental se localiza a solo 55 minutos de la Ciudad de México y resguarda un acervo de casi 34 mil piezas que datan principalmente de los siglos 16 al 19. Los objetos que conforman la colección son diversos y van desde pintura, escultura, gráfica, artes decorativas o suntuarias, libros e instrumentos musicales.
El origen de sus colecciones proceden del antiguo colegio de Tepotzotlán, así como del Museo Nacional de Antropología, del Museo Nacional de Historia, de la zona arqueológica de Teotihuacan y del museo de arte religioso de la Catedral de México.
El edificio histórico fue construido a lo largo de casi dos siglos, de 1580 a 1767 en varias etapas; por ejemplo, la austera fachada lateral del templo comenzó en el siglo 17, la cual contrasta con la adornada fachada barroca principal que fue elaborada un siglo después.