Buenos Aires, 29 Enero; poderycritica.- La diputada argentina Milagro Sala, del Parlamento del Mercosur (Parlasur), seguirá detenida luego de que un juez le imputara el delito de “asociación ilícita” para poder mantenerla en prisión, ya que la causa original que la acusaba era excarcelable.
La dirigente social, quien es considerada por algunos sectores como la primera presa política del gobierno de Mauricio Macri, fue detenida el pasado 16 de enero en su casa en Jujuy, una provincia del norte del país en donde dirige a la Túpac Amaru, una poderosa organización social que cuenta con más de 70 mil afiliados.
En ese momento se le imputó el delito de “instigación a cometer delitos y tumultos en concurso real” debido al plantón que su organización inició en diciembre ante la Casa de Gobierno en protesta por el recorte de subsidios.
Organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional y Human Right Watchs advirtieron que en realidad se estaba criminalizando la protesta social, que es un derecho constitucional y no un delito.
En una maniobra judicial, el juez Gastón Mercau emitió este viernes un fallo en el que excarcelaba a Sala por los delitos por los que fue detenida, pero ordenó que permanezca en prisión al imputarle un nuevo cargo, el de «asociación ilícita» por el presunto manejo irregular de fondos públicos para la construcción de viviendas.
La detención de Sala fue promovida por Gerardo Morales, el gobernador de Jujuy, quien asumió el mes pasado, pero hace años mantiene un enfrentamiento con la líder, cuya influencia y liderazgo se basan en la operación de múltiples programas sociales que han beneficiado a miles de familias.
Los defensores de Sala argumentan que las críticas en su contra tienen que ver con la discriminación que provoca su condición de mujer pobre e indígena, en tanto que sus detractores denuncian presuntos actos de corrupción y presiones violentas a los miembros de la Túpac Amaru que se rebelan a la dirigente.
Esta mujer de 51 años es reconocida por muchos de sus afiliados por haberlos convencido de que podían auto organizarse para tener casa y trabajo, además de enorgullecerse de su condición de indígenas.
Como ejemplo de la influencia cultural de Sala, está la clase de “autoestima” que se imparte en las dos escuelas que maneja la organización en una de las provincias más pobres y con mayor población indígena del país suramericano.
La detención de Sala también es interpretada como “revanchismo”, ya que la dirigente fue una de las principales aliadas de los ex presidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández, de quienes Macri y Morales fueron opositores.