México, 17 junio; poderycritica.-La cantidad de niños y adolescentes sin acompañantes adultos que han sido retenidos en la frontera Norte de México en lo que va de 2019 es de 56 mil 278, de acuerdo con datos sobre las detenciones de migrantes en los límites con Estados Unidos (EU).
La Unidad de Política Migratoria de la Secretaría de Gobernación informó que en 2018 fueron detectados 31 mil 717 niñas, niños y adolescentes por autoridades migratorias en territorio mexicano, de los cuales 25 mil 965 fueron deportados a sus países de origen.
En 2017, alrededor de 18 mil 300 niñas y niños migrantes fueron identificados en México, de los cuales más de siete mil viajaban sin compañía de un adulto, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
El organismo internacional recordó que México es un país de tránsito, destino y retorno de miles de migrantes, la mayoría de ellos con la intención de llegar a EU, quienes abandonan sus lugares de origen a causa de la violencia, la pobreza y la falta de oportunidades.
En su trayecto, los menores migrantes son más vulnerables a riesgos como el hambre, las enfermedades, la detención, la extorsión, captura por el crimen organizado y dificultad de hacer valer sus derechos, en especial cuando viajan sin adultos, por lo que se requieren soluciones específicas para su protección, agregó.
Además, el informe de la Unicef apuntó que en México existen altos índices de violencia contra menores, pues en 2015, al menos seis de cada 10 niñas, niños y adolescentes de uno a 14 años experimentaron algún método violento de disciplina, y la mitad sufrió agresiones psicológicas.
Aunque niños, niñas y adolescentes tienen derecho a una vida sin violencia, explotación o abuso de cualquier tipo, en México el castigo corporal, las agresiones psicológicas y otras formas humillantes de trato se consideran normales y son aceptadas como métodos de disciplina o de interacción cotidiana, acotó la Unicef.
Pese a que las formas que adopta la violencia en la infancia y la adolescencia varían de acuerdo con el contexto y la edad, el fenómeno se presenta en hogares, escuelas o la vía pública, y puede provenir de padres, madres, cuidadores y otras figuras de autoridad, indicó.