México, 15 Oct. (Notimex).- La atleta mexicana Enriqueta Basilio “Queta”, como se le conoce afectuosamente, recibirá este miércoles el “Fuego Nuevo”, hecho que representa la antesala del inicio de los Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe Veracruz 2014.
La llama se encenderá durante una ceremonia simbólica en Teotihuacán para posteriormente ser trasladada al Centro Deportivo Olímpico Mexicano, donde aparecerá Basilio para recogerlo, siendo la primera escala del recorrido que culminará el 14 de noviembre, cuando se arranque la competencia regional.
Cada edición de los Juegos Olímpicos tiene momentos memorables, bien sea por los récords que se batieron, la actuación destacada de alguna delegación modesta o incluso, por las espectaculares instalaciones que albergaron las competencias.
Pero la justa que se celebró en territorio mexicano, en 1968, pasó a la historia desde antes que cayera la primera medalla, al concederle el privilegio de encender el pebetero olímpico a una mujer por primera vez en la historia.
El 12 de octubre de 1968, la bajacaliforniana Enriqueta Basilio Sotelo, de tan sólo 20 años, tomó el relevo de la antorcha de manos de un cadete militar afuera del estadio de Ciudad Universitaria, para luego desfilar con el honor de portar la llama hasta lo más alto del recinto.
La joven atleta compitió en tres eventos: los 400 metros planos, el relevo de 4×100 y en su especialidad, los 80 metros con vallas, prueba cuya distancia se incrementaría 20 metros para las citas posteriores.
Por desgracia, en la pista no pasó momentos tan gloriosos, pues no superó la primera ronda de ninguna de las actividades a las que se inscribió y a pesar de que su carrera apenas despuntaba, no volvió a actuar en unos Juegos Olímpicos.
Más allá de los resultados, su nombre jamás saldrá de la historia del deporte ya que su designación provocó que otras deportistas, como la australiana Cathy Freeman en Sidney 2000, fueran elegidas para emular el acto.