Tacotalpa, Tabasco; Abril 2; PoderyCrítica.- Si no estás dispuesto a “tropezar con la misma piedra” ni te subas al carro para ir a Tapijulapa. Empedradas, así son las calles de esta villa que a la vista parece estar sonrojada por el sol, pues sus casas, en mayoría, visten de rojo dando vida a la primavera.
Está en el municipio de Tacotalpa, a escasos 22 kilómetros de la cabecera municipal, donde se descubre un enigmático arco ecológico bañado de coloridas flores y perfumados caminos.
En el Kolem Jaá puedes tirarte a rapel por alguno de sus cantiles o gritar con todas tus fuerzas al deslizarte en la majestuosa tirolesa que, a mitad del camino, parece que la selva te traga sin vacilo.
Antes, cuando faltaban 4 km para llegar a Tapijulapa hay que detenerse en el ejido Zunú para conocer el famoso Jardín de Dios. Este jardín botánico de 14 hectáreas cuenta con plantas medicinales (maguey morado, árnica, cardo lechero, pasiflora…), comestibles, árboles frutales e infinidad de plantas de ornato como orquídeas, anturios y antorchas. Al lado está el consultorio naturista del doctor Isidro Cruz, quien ofrece acupuntura e hidromasajes.
La belleza de Villa Luz
La belleza de Villa Luz con su cascada de agua sulfurosa, la casa de “Tomás Garrido”, la Cueva de la Pesca de la Sardina y la alberca de agua de manantial sulfuroso, se encuentra esta exuberante naturaleza dotada de estos atractivos donde se convive con la naturaleza pura, con su flora y su fauna.
La zona de Villa Luz se encuentra a unos 5 kilómetros de la Villa Tapijulapa, en donde la naturaleza dota a los artesanos para que, con un vejuco, llamado mutusay, surja el arte de los muebles y otros atractivos artesanales; el mimbre se convierte en prendas de vestir como muebles.
Un turista no es turista si no prueba con la boca los sabores del lugar, así que para engañar al estómago hay que comprar unas empanadas de carne, platanitos rellenos de queso y refrescantes vasos de pozol que se ofrecen en las casas de los alrededores.
Con el estómago lleno, es hora de los manantiales de aguas sulfurosas que dan origen a alucinantes arroyos color blanco.
Uno de ellos nace en la Cueva de las Sardinas donde cada Domingo de Ramos, losdanzantes zoques ponen ofrendas y realizan ceremonia ancestral, la «Pesca de las sardinas ciegas».
Revista edición impresa año 8 #135
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