Lejos han quedado aquellas noches en las que el Teatro Casa de la Paz, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), durante la administración del dramaturgo Jaime Chabaud, deslumbraba a propios y extraños con su programación.
Atrás quedaron la diversidad de obras de teatro, títeres, danza, conciertos y entregas de premios, entre otras actividades, con las que ese recinto logró acercar, durante cinco de los últimos siete años, a la comunidad artística, estudiantil y a los vecinos de la colonia Roma Norte, de la Ciudad de México, a un proyecto que hoy parece abandonado.
Desde noviembre de 2012, el edificio permanece cerrado por daños estructurales. Según Walter Beller, director de Difusión Cultural de la UAM, estos daños se debieron principalmente a los temblores de marzo de aquel año.
El lugar perteneció a la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), quien le cedió el espacio a la UAM, mediante un decreto presidencial que apareció publicado en el Diario Oficial de la Federación el 3 de noviembre de 1980, bajo una figura jurídica equivalente al comodato, llamada destinatario.
Para reabrirlo, las autoridades universitarias han hecho un cálculo en el que requieren entre 40 y 45 millones de pesos, así como la realización de un Estudio de Viabilidad y un Proyecto Ejecutivo, comenta el funcionario en entrevista con MILENIO.
Se busca que los recursos económicos necesarios para las reparaciones sean obtenidos de dos fuentes: el presupuesto universitario y la Fundación de Egresados de la UAM. Hasta el momento solo tienen cinco millones de pesos, que la Dirección de Difusión Cultural consiguió con la Comisión de Cultura de la Cámara de Diputados, y ésta se lo dio al Consejo Nacional para la Cultura y las Artes para que se lo asigne a la UAM una vez que entregue el Estudios de Viabilidad, menciona Beller. El resto del dinero se ha retrasado.
El Estudio de Viabilidad —que no se ha realizado porque las autoridades universitarias buscan a la empresa que lo realice— determinará si el lugar funciona normativamente como teatro, debido a las condiciones que se encuentra en la actualidad. De resultar negativo por los daños que tiene, tendrían que intervenir el Gobierno del Distrito Federal y la SRE, ya que el recinto se encuentra considerado como Patrimonio Cultural y Artístico de la Ciudad de México, dice el director de Difusión Cultural de la UAM.
Para Beller, el Estudio de Viabilidad se tiene que hacer este año. Eso les permitiría llegar al segundo momento: la realización del Proyecto Ejecutivo. “Actualmente ya existe un preestudio, pero lo que nosotros necesitamos es que lo avale una compañía. La universidad busca ante todo que el teatro tenga las condiciones necesarias de seguridad”, explica.
El preestudio dice que hay una parte del frontispicio hacia adentro del recinto que se debe rehacer: “El teatro se va a reconstruir. Su daño es de fondo, estructural. También, ésta será una buena oportunidad para remozarlo y ofrecer mejores condiciones de las que había antes, en términos de acústica e iluminación”, explica.
—¿Qué han perdido con el cierre del teatro en los últimos dos años?
—Hay un alejamiento de la comunidad cultural. Por ejemplo: es muy difícil que actualmente planeemos la presentación de una ópera prima; llevarla a las unidades no le daría el realce que se merece. Por ello, extrañamos al teatro, pues era nuestra ventana, el puente con la comunidad artística.
Sitio histórico
El Teatro Casa de la Paz es un lugar dedicado al ocio y al divertimento desde el 28 de agosto de 1924, cuando se inauguró como Cine Condesa. Después de un periodo en el que se abrió y cerró en varias ocasiones —incluso salón de baile—, se estableció como Teatro Ariel, hasta que pasó a ser el estudio fotográfico de Francisco Vives.
En 1963, la SRE adquirió el lugar a través del Organismo para la Promoción Internacional de Cultura (OPIC). En su remodelación intervinieron personajes como el arquitecto Manuel Larrosa y el artista plástico Manuel Felguérez. La nueva Casa Internacional de la Paz fue inaugurada el 24 de marzo de 1965, recuerda Sergio López, historiador del lugar.
Desde su apertura, el lugar funcionó con un coordinador y con una especialidad por día. Este modo de programar un teatro fijo, inspirado en el sistema de las populares carpas, en el que se cambiaba de espectáculo todos los días y se daban funciones por tandas los fines de semana, atrajo al centro cultural a mucho público, dice el investigador del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información Teatral Rodolfo Usigli.
Cientos de obras
En el libro El teatro en la UAM. Crisol de experiencias (1974-2004), de Tomás Ejea, hay un catálogo de fichas técnicas que dan cuenta de todos los montajes en que ha participado la UAM como productora.
Se incluyen aproximadamente 300 fichas y 180 fotografías de esas puestas en escena. El catálogo corresponde a todas las obras teatrales montadas desde 1974, cuando se inauguró la universidad, hasta 2004, cuando cumplió 30 años.
Sergio López afirma que el catálogo general de las obras, espectáculos y divertimentos ofrecidos en este importante espacio es una de las asignaturas pendientes.