Se ha desatado la guerra.
Las uniones de taxis y radio taxis se han manifestado abiertamente en contra del servicio de transporte denominado UBER y han ejercido presión para obligar a la SCT a una cacería de brujas (vehículos en el sentido estricto de la palabra) que ha concluido con la detención de 10 vehículos, más lo que se sumen en días posteriores.
Las multas son de escándalo, los ciudadanos alegan represión gubernamental cuando UBER proporciona un mejor y más seguro servicio que el de los taxis tradicionales, los taxistas alegan justicia, UBER abuso. ¿Quién tiene razón?
Todos y ninguno
Si bien es cierto que no existe ley que impida un contrato entre particulares, también es verdad que la competencia entre ambos servicios es bastante desigual.
Mientras el precio de una placa de taxi, puede llegar a alcanzar un precio de un millón de pesos, en UBER solo te registras, y si cumples con los requisitos, metes tu coche a trabajar, los taxistas pagan permisos en la SCT, UBER no.
También es cierto que las tarifas abusivas, el depender de si el taxi va por un rumbo que “le quede” dentro de la ruta que lleva, para trasladarte a tu destino, han colmado la paciencia de los usuarios.
Y por último el gobierno, implementando operativos en los que usan la misma aplicación para detener a quién solo pretende ganarse la vida honradamente, en uno de los momentos más álgidos del desempleo en nuestro estado.
Hubo tiempo para preparar una ley que regulara el servicio, que le permitiera a los UBER´S y a los trabajadores del volante coexistir de manera pacífica, pero como siempre, se espera hasta el final para advertir al respecto.
Los usuarios han dado el visto bueno a ese servicio y esperan que la ley falle a favor de UBER, los taxistas insisten en que son piratas disfrazados, que se suman a los piratas ya existentes.
¿Qué demonios estarán pensando en la SCT? ¿De qué manera defenderá UBER a los detenidos que tienen que pagar hasta 70,000 pesos para liberar sus vehículos?
Ya veremos.