Sao Paulo, 17 Diciembre; poderycritica (Notimex).- A lo largo de la Avenida Paulista, corazón financiero y comercial de Sao Paulo y probablemente de Brasil, los carteles publicitarios destacan por su ausencia: no están ni en edificios públicos o privados, ni en autobuses.
La ciudad cumple a rajatabla la Ley de la Ciudad Limpia, en vigor desde 2007, que propone la publicidad exterior que pueda “contaminar” visualmente la mayor urbe de América del Sur.
En ese escenario, sin embargo, no todo lo que domina es el gris de los edificios: el grafiti y la ‘pixaçao’ –pintadas con esprai que evocan reclamas sociales- se extienden por barrios enteros, hasta el punto de que existe un museo abierto, el primero de este género.
Uno de los lugares más dinámicos el Vila Maddalena, el barrio joven y de vanguardia de Sao Paulo con orografía parecida a San Francisco donde las pintadas urbanas se erigen en auténticas obras de arte que no solo reúnen decenas de colores y tonalidades, sino también otros elementos en forma de collage.
El lugar más célebre es el «Beco do Batman», una encadenación de grafitis en una sinuosa calle que todos los días es visitada por turistas, publicitarios y, en ocasiones, modelos de ropa, por ser un fantástico escenario para grabar anuncios.
No son pocos los que atribuyen a Sao Paulo, urbe de dimensiones colosales con mil 500 kilómetros cuadrados, la etiqueta de “capital mundial” del grafiti, al poderse encontrar este tipo de expresiones en buena parte de los barrios de la ciudad.
En el norte de la ciudad se erige el Museo Abierto de Arte Urbano, inaugurado en 2011 y compuesto por 60 expresiones artísticas en forma de grafiti que se exponen en los cimientos de una de las decenas de carreteras suspendidas con las que cuenta la ciudad.