Mèxico, 14 Febrero;poderycritica.-En estados como Chihuahua, principalmente en las comunidades de la zona serrana, los jóvenes son reclutados para cuidar residencias, llevar pequeños cargamentos hacia Estados Unidos o en el peor de los casos como asesinos, para “eliminar a los enemigos de sus patrones”, muestra el estudio Jóvenes y Narcocultura.
Los jóvenes son usados como “puchadores”, término con el que se conoce a los vendedores de droga al menudeo, es decir, están en la base de la pirámide, “hacen el trabajo sucio” como lo es la vigilancia, el traslado de la droga y la venta al menudeo.
Para muchos adolescentes y jóvenes ser narcotraficante o asesino de un grupo criminal es una aspiración viable, pues son ellos quienes constituyen la base operativa de los grupos delictivos del país, “son la mano de obra del narco”.
Además del desempleo, la pobreza y la deserción escolar, hay otro factor que empuja a los jóvenes a involucrarse en el contrabando de drogas, pues en muchas zonas del país el narcotráfico se ha instalado como forma de vida y es parte de la cultura.
Es el camino natural que siguen la mayoría de los jóvenes que viven en muchas regiones del país, además la probabilidad de que alguien ingrese a las filas del narco o de los grupos de sicarios es mucho mayor cuando se tiene afinidad cultural.
La narcocultura ha penetrado en la mentalidad de muchos adolescentes al grado de que hay una aspiración a pertenecer a los cárteles, esto con la esperanza de obtener un auto de lujo, armas, dinero y droga.