Ciudad del Vaticano, 21 de Octubre;poderycritica. (Notimex).- El Papa no es el “gran perdedor” del Sínodo de los Obispos porque las propuestas de apertura hacia los gays y divorciados vueltos a casar no lograron la mayoría calificada a la hora de las votaciones, aclaró Salvador Piñeiro García-Calderón.
El presidente de la Conferencia Episcopal Peruana y uno de los “padres sinodales”, se refirió a las polémicas suscitadas en torno a la asamblea convocada por Francisco para analizar los desafíos de la familia en el contexto actual.
Ante la pregunta si puede considerarse al pontífice el “gran perdedor” por los resultados de la reunión, exclamó “al contrario” y destacó la larga ovación (de casi cinco minutos) que recibió tras su discurso de conclusión del Sínodo.
“Al contrario, nos vamos más robustecidos con Pedro, el Francisco de hoy. Tan cercano, sencillo, quien se mostró en una actitud de escucha. Puede ser que exista alguna prensa que interprete las cosas como quiere”, señaló.
De esa manera salió al paso de las interpretaciones de algunos periodistas de habla inglesa los cuales atribuyeron una derrota a Jorge Mario Bergoglio porque tres apartados del mensaje final de la asamblea sobre temas delicados no obtuvieron la aprobación necesaria de las dos terceras partes de los asistentes.
Se trata de los puntos 52, 53 y 55 de la “Relatio Synodi”, el texto conclusivo, cuyo contenido se refiere al trato pastoral que debería darse a los homosexuales y el debate sobre la posibilidad de abrir a la comunión a ciertos casos de divorciados vueltos a casar.
Al respecto Piñeiro aclaró que el Papa nunca se decantó a favor o en contra de algunas de las posiciones presentadas sobre estas situaciones.
“En el aula sinodal se presentaron todas las posturas, existen algunas conferencias episcopales como la de Alemania cuya mayoría de obispos pidieron al Sínodo estudiar estos temas delicados. Son Iglesias que viven estas dificultades con mayor intensidad”, indicó.
Finalmente, aunque esos párrafos de la “Relatio” no obtuvieron las dos terceras partes de los votos positivos para ser considerados como aprobados por la asamblea, Francisco pidió que se publicaran de todas maneras.
Esto porque los tres apartados obtuvieron más de 100 votos favorables cada uno, es decir una mayoría simple. Con esa instrucción, Bergoglio dejó –de hecho- la discusión abierta de cara a otro Sínodo previsto para octubre de 2015.
“Desde el principio escuché que el santo padre quería que todo se publicara, para evitar esos malos entendidos. Que se diga: esto es lo que estamos trabajando y se conozca el sentido de los votos”, señaló el arzobispo peruano de Ayacucho.
“Una cosa es la uniformidad y otra es la unanimidad. Todos tenemos el mismo pensar, pero con sus matices y hay que respetarlos. Eso es parte del diálogo y la tolerancia”, agregó.
Sostuvo que son asuntos que preocupan a la Iglesia porque muchas personas viven el dolor de la separación y quisieran participar plenamente en la comunión de la Iglesia; mientras otras “tienen estas tendencias tan difíciles en su vida sexual”.
Pero precisó que eso no significa que la Iglesia va a cambiar su doctrina incluida en el Catecismo, donde está claro que quienes viven la homosexualidad no deben sentirse marginados ni condenados. “Pero eso sí, no vamos a permitir escándalos o malas interpretaciones”, apuntó.
Reconoció que “no existe un consenso general” sobre las aperturas a homosexuales y divorciados, pero aclaró que “un buen número de obispos quiere que se sigan reflexionando”.
“Son temas que debemos seguir estudiando”, apuntó. Así será porque, gracias a la decisión del Papa, todos los puntos debatidos en el Sínodo (que duró del 5 al 19 de octubre pasados) serán profundizados durante los próximos 12 meses.
Incluso los temas más controvertidos y aquellos que no recibieron los votos necesarios pasarán a formar parte del material de trabajo preparatoria a la asamblea ordinaria del Sínodo que sesionará en el Vaticano del 4 al 25 de octubre de 2015.