África, 25 Abril, poderycritica.- ( Reseña) En la actualidad a pesar de la importancia de los factores económicos en la emigración africana existen también razones sociales y culturales, que conducen a los individuos a abandonar su tierra o su país de origen.
A ello cabe añadir los factores políticos que son determinantes. Los africanos huyen de la persecución a manos de los poderes establecidos y de las guerras, que afectan en particular a África Central y Occidental. O sea, la precariedad, las catástrofes naturales, la ausencia de democracia, los conflictos locales, los proyectos de consumo, la supervivencia de comunidades locales, son los combustibles que alimentan la emigración/inmigración de los africanos.
La emigración africana tiene un lado positivo, y otro negativo. En el primer caso, los inmigrantes africanos han conseguido con sus remesas, que en muchos casos superen con creces el monto de la ayuda al desarrollo que reciben sus países para la construcción de pozos de agua, de carreteras, de escuelas y de dispensarios.
La parte negativa consiste en el fomento en la zona de una cierta «mentalidad de asistidos» y de la cultura de migraciones en la población, además de una pérdida de los elementos más dinámicos que necesita el continente para su desarrollo y la creación de Estados sólidos y viables, como consecuencia de la huida de brazos y de cerebros.
El primer ataque al que fue sometido el continente fue el de sus hombres y mujeres para ser esclavizados. Millones de ellos fueron cazados como animales, transportados en sucias bodegas y condenados a ser mano de obra gratuita para el aprovisionamiento de materias primas americanas para la naciente industria. Con los recursos obtenidos en este infame negocio se construyó el gran ferrocarril inglés del Oeste y nacieron industrias por miles.