Buenos Aires, 9 Sep @Notimex #poderycritica.- El ex presidente de Argentina, Carlos Menem (1989-1999), convocó hoy a repetir políticas de la década de los años 90 para que el país recupere protagonismo internacional.
“Este reposicionamiento requerirá un esfuerzo de audacia e imaginación similar al que protagonizamos durante la década del 90, cuando superamos exitosamente otra situación de aislamiento y convertimos a Argentina en una nación respetada y respetable”, afirmó.
A sus 84 años, el actual senador reapareció de manera sorpresiva con una columna publicada en el portal del diario económico Cronista a la que tituló “Los mejores años de la Argentina son los que están por venir”.
Sin ápice de autocrítica, el primer presidente de la historia argentina condenado por corrupción, aseguró que la prioridad estratégica del país después de las elecciones presidenciales de 2015 será su reinserción “en el concierto global de las naciones”.
“Hoy, lo único que importa es la política internacional, que se juega por adentro y por afuera de los países (…) el país necesita asumir una participación activa en las grandes corrientes de comercio y de inversión de la economía mundial”, señaló.
Si bien es cierto que el gobierno menemista fue aplaudido a nivel internacional, sobre todo por aplicar a rajatabla los postulados del neoliberalismo, sus políticas empobrecieron al país, destruyeron la producción nacional y provocaron una de las crisis económicas más graves de Argentina.
El ex mandatario, quien está procesado en otros juicios por corrupción, advirtió que el país debe generar “bases económicas sólidas” para “erradicar la afrenta inadmisible que representa el estado de pobreza en que están sumergidos hoy millones de nuestros compatriotas”.
Sin embargo, dijo, para lograr la reinserción internacional y el éxito económico Argentina deberá adaptarse “al nacimiento de la sociedad del conocimiento” y al ascenso de los países emergentes, encabezados por China.
El ministro de Economía, Axel Kicillof, ironizó al reconocer que Menem “tenía aplaudidores en el extranjero como el Fondo Monetario Internacional y algún presidente estadunidense. Ellos estaban chochos (felices) con ese programa”.