Guadalajara,Jalisco, 11 Noviembre; poderycritica.-Simón Cruz dice que la complejidad del pensamiento nos hace transformarnos, y bajo esa idea le dio a 23 creadores un maniquí en blanco para que lo convirtieran en lo que quisieran; el resultado fue una suerte de “Frankenstein”, de José Fors; un soldado —al estilo del Sargento Pimienta—, de Karla de Lara, una resplandeciente figura, de Jaramara Mendoza; y una representación de arte sacro con el toque de Paco de la Peña, por mencionar algunas de las piezas que podrán visitarse en el primer piso del Hotel Demetria de esta ciudad.
Cruz, gestor de la muestra “23 maniquíes, 23 artistas” —que se inaugura el próximo jueves 12 de noviembre a las 20:00 horas—, resaltó que le interesaba ver el tipo de trabajo y la manifestación de los artistas con un objeto: “No es lo mismo pintar que transformar, y la idea es eso: armonizarlos y volverlos interesantes, más que bonitos”.
El también creador puntualizó que para él esta exhibición no es una colectiva, la cual comienza a partir de opciones y normas de una sociedad de artistas, sino un proyecto incluyente. “Lo que estoy haciendo es que yo propongo y el que se quiere sumar es bienvenido. Resulta más conveniente que haya una idea y no diez porque luego resulta que esas diez ideas se hacen en nada, por eso le llamo así. Y todos partimos de un mismo punto”.
Indicó que tras el mes que la muestra estará en el Demetria, se presentará en el Palacio Municipal de Zapopan y posteriormente buscarán que se vuelva itinerante, además de ir sumando artistas.
Un “Frankenstein” vudú
Lo primero que hizo José Fors con el maniquí, según platica, fue odiarlo, porque se le hizo la cosa más horrible del mundo. Lo tenía en su taller y le “sacaba de onda” verlo cuando pintaba: “Quería hacer amistad con el mono, pero no se pudo; terminó siendo como un Hitler, un ser muy odiado y la única manera en la que yo podía interactuar con este ser era odiándolo más”.
Entonces el multifacético artista convirtió la pieza en un mono vudú para que la gente pueda interactuar con ella clavándole una aguja cuando le recuerde a alguien que no les cae bien, una manera sana de practicar el odio, bromeó. “Quedé tan contento con esta pieza que después de amarla terminé odiándola, pasó de ser un Hitler a un Frankenstein amigo, ya no quería que se lo llevaran. Yo nunca pienso en colecciones pero de esta pieza comencé a hacer una, así que la historia continúa».
El líder del regimiento
Karla de Lara, quien convirtió el maniquí en un comandante de época, señala que con esta obra le dio continuidad a una colección, “Mundos etéreos”, en la que estaba trabajando desde el año pasado. En ella, detalla, “hay personajes de finales del siglo XVIII y principios del XIX, que tiene que ver con la aristocracia europea de ese tiempo. A mí me gusta mucho el modelado de piezas; sobre el maniquí, lo vestí, le hice una nueva cara, una nueva personalidad, lo empaté con esta colección que es en blanco y negro, porque es una época que veo así”.
Sagrados reflejos
Mientras que Paco de la Peña subraya que este tipo de proyectos da pie a mostrar el lenguaje que cada uno de los artistas manifiesta y desarrolla, en una especie de contexto, concurso. “Porque muestran su discurso, como José que son reminiscencias de su ‘Frankenstein’ (ópera rock que hizo). No es una exposición, sino un reto más para los artistas, Mi pieza va a ser una sorpresa, estoy pensando en una figura de carácter de arte sacro”.
Principio de organización
La diseñadora Jaramara Mendoza dice que ella relacionó la pieza con formas naturales y la comparó con los seres organizados que cuando convivimos armoniosamente generamos mucho. ”Es por eso que pongo las hormigas en un circuito, en un principio y fin que nunca termina. Creo que esta colección viene de diferentes trabajos, diferentes personalidades que a la vez tienen un fin, que es generar vivencias, experiencias, vida en nosotros mismos y transmitir alguna emoción o sensación al espectador”.
Introdujo los órganos fundamentales, como el corazón que nos permite latir y estar en funcionamiento, así como los pulmones. ”Todo está hecho a mano, fue bordado, elementos que me fui encontrando en mi taller, no compré nada, utilicé mis materiales”.