Belén Victoria es la primera en llegar. Pasan de las 7:30 de la mañana, el frío cala en esa esquina de la colonia Lomas del Chamizal, por los rumbos de Sante Fe, donde están citados los 45 alumnos de la primaria Leona Vicario participantes del Programa SaludArte, que fueron elegidos para ir al Auditorio Nacional a la presentación de la ópera infantilEl pequeño deshollinador, del británico Benjamin Britten.
Poco a poco llegaban los demás, de todos los grados; unos no tenían la más remota idea de su destino, si acaso que irían a un concierto o que al Auditorio. Algunos habían escuchado hablar de la ópera, a otros les pasó de noche las clases que tuvieron al respecto, porque las últimas semanas participaron de charlas en las que hablaron de ópera y de esa obra en particular.
Así, de distintos puntos de las 16 delegaciones de la Ciudad de México salieron los niños de entre primero y sexto de primaria, de alrededor de 100 escuelas, para dirigirse hacia el Auditorio Nacional y participar de una propuesta que buscó mostrar los resultados de SaludArte, una iniciativa de la Secretaría de Educación (SEDU) del Gobierno del Distrito Federal, en especial en el punto relacionado con la educación en artes.
Y es que si bien unos niños se convirtieron en simples espectadores de la obra, los más se volvieron participantes de la escenificación, ya sea quienes desde las butacas se levantaban para intervenir en los coros a indicación del director musical, o aquellos que tuvieron la oportunidad de pisar el escenario del recinto y colaborar en la escenografía de la puesta: alrededor de 700 niños y niñas bailando, de coro estuvieron unos mil 500 y unos mil más de teatro.
Más de 230 autobuses se encargaron de trasladar a los estudiantes al Auditorio Nacional, de todas las delegaciones políticas, pero además se contó con invitados de Morelos, Oaxaca e Iguala, Guerrero, dentro de un objetivo más amplio de la institución: lograr que SaludArte llegue a todo el país, en palabras de la titular de la SEDU, Mara Robles.
«Los niños que vieron cantas, brincar, subir al escenario junto con los de la Escuela Cantorum pertenecen a las 100 escuelas de más alta marginalidad de toda la ciudad, los que tenían más bajo desempeño escolar. Para mí es muy emocionante ver que si las autoridades nos esforzamos, nos aliamos con talentosos productores, podemos sacar adelante esta tarea.»
Una apuesta por el arte
Dentro de las actividades de SaludArte se insertó la escenificación de El pequeño Deshollinador, una ópera para niños que aborda el tema del trabajo infantil y que sirvió para mostrar algunos de los avances que se han tenido entre los estudiantes que participan en el programa.
Desde la perspectiva de Mara Robles, de alguna manera se trató de mostrar que se pueden hacer cosas en beneficio de quienes han vivido en zonas de alta marginación, en lo que ha sido la más grande movilización de niños que haya existido en la ciudad.
«En principio son 100 escuelas a las que llegamos con SaludArte, donde atendemos a alrededor de 20 mil niños, pero tenemos el compromiso de llegar a 150 escuelas para 2015, sobre todo con el llamado del jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, de contar con presupuesto federal, lo que también puede servir para propiciar un debate nacional sobre la importancia de que los niños tengan derecho a la alimentación o a la educación en artes, porque estamos convencidos de que la educación en artes genera ciudadanía.»
Todos los pequeños que acudieron a la escenificación de El pequeño deshollinador, producido por la compañía Teatro de Babel, bajo la producción de Aurora Cano y Nicolás Alvarado, se encuentran integrados al programa SaludArte, que tiene como ejes la educación nutricional, en artes física y ciudadana.
La ópera infantil, la cual fue interpretada por el coro infantil de la Escuela Cantorum, aborda el tema del trabajo infantil y que sirvió para mostrar algunos de los avances que se han tenido entre los estudiantes que participan en el programa.
Programa integral
El programa SaludArte, impulsado por la Secretaría de Educación (SEDU) del Gobierno del Distrito Federal, en su segundo ciclo escolar de aplicación llegó a 109 escuelas con ejes como el servicio de alimentación, comida proporcionada directamente a las escuelas con menús validados por el Instituto Nacional de Nutrición y el apoyo del colectivo de Cocina Mexicana.
«El Instituto Nacional de Salud Pública nos ha evaluado los componentes de educación y nutrición; además, los niños se lavan las manos y se lavan los dientes con pastas y cepillos que nos donó la Asociación Dental Mexicana», explica René González Hernández, director de Educación Básica de la SEDU, a la sazón coordinador del programa.
La idea del programa es que sea educación complementaria para la vida, bajo el entendido de que tan importante como el español y las matemáticas pueda ser la educación para que «los niños tomen decisiones en alimentación, sobre su cuerpo o diferentes aspectos de la vida».
Dentro de los resultados del programa, Mara Robles, la titular de la SEDU, se refirió a la disminución de horas frente al televisor, al pasar de 22 a 15 horas, además de 47 a 43 por ciento en obesidad.