En días pasados, el otrora defensor a ultranza de MORENA y su líder nacional Andrés Manuel, Juan Pablo De la Fuente Utrilla, anunció su salida de este partido político, alegando un acoso del dirigente estatal y virtual candidato a la gubernatura del estado, el notario Adán Augusto López quién le suspendiera sus derechos durante 6 meses, situación que tuvo que ser revocada después de que el TET ordenara a Comisión Nacional de Honestidad y Justicia de Morena restituirle sus derechos como militante de ese partido, después de que lo habían suspendido seis meses.
Al anunciar su renuncia con carácter de irrevocable, asume la coordinación de la bancada, la diputada Candelaria Pérez, famosa por sus escándalos y sus fallidas participaciones durante el periodo ordinario de sesiones.
Si bien es cierto que la constitución reza que todos tenemos el derecho a ocupar un puesto de elección popular, también es verdad que los temas son cada vez más complejos y se vuelve una obligación contar con cierto grado de conocimientos. No es demeritar a nadie, ya que el talento existe en todos los ámbitos sociales, pero la preparación académica es necesaria cuando el talento es insuficiente ante el desconocimiento de los temas.
Pero si de por sí el hecho de que la popularidad sea la que determine una candidatura y no sus méritos, el procedimiento de elección de MORENA, de usar una tómbola para escoger a sus candidatos, genera una percepción democrática, aunque el resultado en ocasiones suele ser muy pobre. Muy mal por esa medida a todas luces demagógica.