PODER Y CRÍTICA | REDACCIÓN | La isla paradisíaca de Holbox, en Quintana Roo, se vio azotada durante la noche del lunes y la madrugada del martes por los devastadores efectos del frente frío 32 que dejó parcialmente incomunicada y sumida en el caos.
Las calles del pueblo turístico quedaron completamente inundadas debido al aumento de la marea, dejando a los residentes y visitantes atrapados en un laberinto de agua y oscuridad.
Los fuertes vientos y la lluvia torrencial agravaron la situación, ocasionando cortes en el suministro eléctrico en gran parte de la comunidad.
Esto dejó a cientos de turistas incomunicados, ya que el transporte también se vio afectado por las inundaciones y la falta de energía. Los turistas que quedaron varados durante horas relataron su angustia al ver cómo la isla quedaba sumida en la oscuridad y cómo los problemas con el agua potable empezaban a surgir, puesto que solo algunos establecimientos contaban con tinacos para abastecerse.
El oleaje agitado incluso impidió que los ferris operaran con normalidad, lo que resultó en una acumulación masiva de personas en las estaciones, principalmente turistas, quienes buscaban desesperadamente abandonar la isla.
A pesar de las abrumadoras afectaciones sufridas en Holbox, la secretaria de Gobierno minimizó la situación, asegurando que los daños fueron mínimos y que no se justifica la activación del seguro estatal contra fenómenos hidrometeorológicos.
Sin embargo, los afectados señalan que las pérdidas económicas son considerablemente mayores y que la respuesta de las autoridades es insuficiente ante la magnitud del desastre.