PODER Y CRÍTICA | REDACCIÓN | Hamish Harding viajó al espacio, visitó el Polo Sur varias veces y exploró el océano.
Sin embargo, su vida llegó a su fin en ruta a su siguiente objetivo: llegar hasta los restos del Titanic, el transatlántico de pasajeros británico hundido en 1912.
El un magnate de la aviación de 58 años fue una de las cinco víctimas que falleció debido a la implosión de Titán, el sumergible operado por la empresa estadounidense OceanGate Expeditions.
El domingo 18 de junio, antes de aventurarse, Harding compartió su emoción y expectativas ante la travesía.
“Estoy orgulloso de anunciar finalmente que me uní @oceangateexped para su misión RMS TITANIC como especialista de misión en el submarino que se dirigía al Titanic”, escribió el magnate al publicar una fotografía en la que aparece firmando la bandera de la misión.
En su mensaje, Harding reveló detalles sobre el panorama de las misiones al Titanic este 2023.
Explicó que debido al clima, la suya sería probablemente la primera y única misión tripulada con ruta al transatlántico este año.
“El equipo del submarino tiene un par de exploradores legendarios, algunos de los cuales han realizado más de 30 inmersiones en el RMS Titanic desde la década de 1980, incluido PH Nargeolet”, señaló.
Los dos exploradores legendarios mencionados por Harding son el investigador Paul-Henri Nargeolet y Stockton Rush, el CEO de OceanGate Expeditions, quienes también murieron en la misión.
El jueves 22 de junio, cinco días después de que el sumergible operado por la empresa OceanGate Expeditions, perdió comunicación y se declaró como desaparecido, la Guardia Costera de Estados Unidos confirmó que Titán sufrió una “implosión” en algún momento durante su viaje hacia los restos del Titanic.
Las autoridades determinaron que con base en este escenario, ninguno de los cinco pasajeros a bordo del sumergible sobrevivió, por lo que la Guardia Costera concluyó los esfuerzos de búsqueda y rescate.
Previo a la conferencia de prensa de los guardacostas, OceanGate emitió un comunicado en el que afirmaba que no había supervivientes entre los cinco hombres que iban a bordo del Titán, incluido el fundador y director general de la empresa, Stockton Rush, que pilotaba la nave.