Villahermosa, 10 Noviembre; poderycritica.- El ex gobernador del estado, Enrique González Pedrero, impartió esta mañana la conferencia «País de un sólo hombre: El México de Santa Anna».
Como moderadora fungió la profesora Rosa María Romo López, en el marco de los 30 años de las licenciaturas de Historia y Sociología, de las cuales, don Enrique Gonzáles Pedrero, fue pieza fundamental para su fundación.
«Quiero agradecer el homenaje que la UJAT me realiza y que suelen ser post morten, por tanto quiero dar mis más sinceras gracias por este honor, y también por haber recibido el doctorado honoris causa» señaló.
Refirió que en estos años ha escrito «un libro muy extenso, País de un solo hombre: El México de Santa Anna», en donde empleó la sociología, la ciencias política y la historia.
El libro, según palabras de el ex gobernador, es una reflexión sobre el tramo de nuestra historia iniciado por el movimiento que buscaba la independencia, que concluyó con el imperio de Iturbide y que no fue más que una no dependencia de España.
«Santa Anna era un ser egocéntrico, para quien no existía las barreras morales, un hombre muy listo, pero que no siempre era inteligente. Santa Anna no fue el único personaje que estuvo presente en el lapso comprendido de la Independencia a la Revolución de Ayutla», dijo.
Señaló que «él fue 11 veces presidente a pesar de que en su periodo se perdió más de la mitad del país, entonces como fue que se adueñó de México, fue tal vez su criollismo, y como dijera don Justo Sierra, este personaje personifica los defectos del pueblo mexicano, por eso fue popular».
De acuerdo con Pedrero, primero le sirvió a España, luego a Iturbide y posteriormente a la Nueva Patria, se sirvió del partido laboral y conservador y no colaboró con Juárez y Maximiliano, no porque no lo intentará, sino porque lo rechazaron.
«Justo sierra dice de él, que el general Santa Anna era un hombre con astucia, sumamente ignorante, inmensamente ambicioso pues pensaba que él era el fundador de la república, esa ambición era su religión, acompañada de superstición, sin principios de ningún género, sin escrúpulo de ninguna especie, ajeno a la ciencia militar pero capaz de acometer cualquier empresa política extranjera», resaltó.
«Este ídolo del ejército permanente, no pudo ser como militar más que un comandante de la guardia nacional, lo que comenta Justo Sierra de él. Nuestra historia puede escribirse con mayúsculas durante la Reforma, uno de los momentos más maravillosos», señaló.