Chetumal, Q. Roo, Lunes 05 de Octubre de 2020, poderycrítica.- Durante su administración, Roberto Borge Angulo cometió todo tipo de delitos acogido por el poder que ostentaba como gobernador de Quintana Roo, incluso desvió 400 millones de pesos hacia la “Fundación Borge”. La presidencia de la Fundación pertenecía, a quien lo entregó a las autoridades de la Interpol, la ex diputada federal Gabriela Medrano Galindo, su última pareja sentimental. Este mes de octubre se cumplirán tres años y cuatro meses de la detención del ex gobernador.
Luego de la detención del ex mandatario cozumeleño comenzó a sonar con mucha fuerza el nombre de la “Fundación Borge”, con la que pretendía obtener reconocimientos y donativos a nivel nacional e internacional.
Tras los nuevos indicios encontrados, la Subprocuraduría Especial de Investigaciones contra la Delincuencia Organizada abrió una nueva línea de investigación para establecer de qué manera creó y desapareció la fundación, supuestamente altruista, con la que aseguraba que brindaría bienestar a los quintanarroenses, aunque en realidad sólo la inventó para disponer de un recurso casi perfecto con el que lavaría miles de millones de pesos.
La “Fundación Borge”, cuyo lema principal era: “Realizando buenas acciones”, afirmaba en sus enunciados contar con un alto sentido de responsabilidad, cuyo principal enfoque sería solucionar problemas sociales bajo la premisa de “la mejor inversión es combatir la pobreza”.
Investida de una falsa filantropía, la fundación aseguraba en uno de sus preceptos que “la sociedad moderna se sustenta en el bienestar de los demás”, y que las fundaciones funcionaban mejor cuando se apoyaban con la infraestructura de empresas socialmente responsables, de ahí su constante gestión ante empresarios para recibir donativos que ayudaran a más y más personas de grupos vulnerables.
Educación, Salud y Bienestar, fueron en teoría sus prebendas principales para fomentar, desarrollar, proteger y apoyar actividades que beneficien y mejoren la calidad de vida de los grupos más vulnerables en Quintana Roo.
Respecto al modus operandi para “lavar” no sólo el dinero desviado del erario, sino el proveniente de otras acciones ilícitas, resultaba simple, toda vez que el gobernador, máximo mando del Estado, era al mismo tiempo quien controlaba toda clase de movimientos dentro de la fundación.
De esa manera, resultaba simple simular el recibimiento de millonarios donativos y al mismo tiempo, destinarlos a obras que no se llevaban a cabo, como deportivos, escuelas y otra clase de eventos, como en los sectores salud y educación, donde lo mismo aseguraban haber entregado becas, computadoras y otros implementos, así como aparatos e instrumental médico.
No obstante, las investigaciones de la SEIDO apuntan a que solamente se trató de una operación más del ex gobernador para hacer llegar de recursos de las arcas estatales.
Por SAMUEL CAAMAL