Mérida, Yucatán, 08 enero; poderycritica.-Los focos rojos en la seguridad pública generan preocupación en el sector empresarial de Yucatán porque se hay reportes de que la organización criminal de los “Maras” tiene presencia en el sur de Mérida, en el fraccionamiento Flamboyanes de Progreso y en zonas marginadas de Kanasín.
Las células de ese grupo delictivo internacional se extienden cada vez más en Yucatán al grado que los reclutados reciben entrenamiento en el manejo de armas de fuego, por lo que gradualmente abandonan el uso de machetes y piedras en sus enfrentamientos y actos delictivos, se dijo ayer.
El presidente de la Fundación del Empresariado Yucateco (Feyac), Guillermo Mendicuti Loría, manifestó que los últimos hechos violentos en Yucatán son focos rojos que se deben analizar a profundidad.
“En Flamboyanes, donde trabajamos con la comunidad, nos han dicho que hay dos carteles que están funcionando”, señaló. “Son chavos sus integrantes y que los vienen a entrenar. Ya están en una etapa de armamiento. En los últimos sucesos ocurridos en ese fraccionamiento ya no usaron machetes ni piedras, como acostumbraban…, ya hubo armas de fuego de por medio”.
Yucatán, advirtió, está a tiempo de enfrentarse a ese problema y no porque tengamos poca violencia se le debe de minimizar.
“La gente que acepta involucrarse con un grupo criminal tiene la voluntad de aceptar opciones diferentes y sustituir ese sentido de pertenencia que le están inculcando las células de los carteles”, señaló. “Nos dice la comunidad que en Flamboyanes están formados los carteles ‘Del sur 13’ y ‘Norte 14’ y son de los “Maras”.
Estas células de los “Maras” se extienden y replican en la zona sur de Mérida y en Kanasín, añadió.
Mendicuti Loría dijo que la sociedad debe enfocar su apoyo en los sectores donde surgen estos grupos de delincuencia organizada para crear microempleos, llevar educación, cultura y otras actividades preventivas de actos antisociales.
“Debe haber una intervención social. Eso es lo que hacemos”, reiteró.
El empresario indicó que este brote de células delictivas no se combate con mayor vigilancia policíaca o con intervenciones violentas. No es por allá la estrategia. Tiene que ser un trabajo con la misma comunidad y darle herramientas para que ellos resuelvan sus problemas de pobreza y marginación.
“El trabajo de la sociedad tiene que ser de adentro hacia afuera, es lo que hace la Feyac”, insistió. “Este problema no es que afecte al sector empresarial, sino es a la sociedad en general. Las estadísticas sobre delincuencia pueden ser engañosas. Mérida es una ciudad de menor violencia, pero si analizamos e indagamos esa menor violencia, ese foquito rojo de violencia que aparece en las estadísticas nacionales, si lo focalizamos y lo geoposicionamos, veremos que en el sur de Mérida, en Kanasín y Flamboyanes los indicadores de violencia son tan grandes y tan fuertes como lo pueden ser en Tijuana y Michoacán”.
La diferencia del grado de violencia en Tijuana y Michoacán es que en esos lugares tienen más puntos de violencia. Pero la forma y tipo de violencia es idéntica a la que ocurre en algunas zonas de Mérida, Kanasín y Progreso, donde la realidad es que están en abandono.
El trabajo de la Feyac, explicó, cuenta con el apoyo del gobierno de Estados Unidos: tienen un equipo de sociólogos, psicólogos y otros profesionistas expertos en intervención comunitaria y con el apoyo del gobierno pueden tener una fórmula exitosa.— Joaquín Chan
Mara Salvatrucha Quiénes son
Es una organización internacional de pandillas criminales surgida en EE.UU.
Seguidores
La mayoría de sus integrantes son salvadoreños, guatemaltecos y hondureños. Operan en zonas urbanas y suburbanas. Tienen células en Centroamérica, Estados Unidos, Canadá y México.
Códigos
Se identifican como “MS”, “Maras” y “MS-13”. Se distinguen por tatuajes que cubren el cuerpo y, a menudo, la cara, así como el uso de su propio lenguaje de señas. Son conocidos por su uso de la violencia y un “código moral” propio que consiste en severos actos de venganza y crueldad.
Cartel de Sinaloa
En México fueron contratados y entrenados en el uso de armas de fuego por la organización delictiva de Sinaloa, dirigida por Joaquín “Chapo” Guzmán Loera, para contrarrestar la fuerza de la Organización del Golfo (Los Zetas).
Delitos
Narco, extorsión, venta de armas, secuestro, robo y ejecuciones, etc.