Elías, un abogado corporativo, quien creció viendo festivales musicales como “Woodstock”, llevó el concierto a La Habana a través de su proyecto filantrópico Fundación Buena Intención (FBI), una organización benéfica radicada en la isla de Curazao, antiguas Antillas Holandesas.
El abogado dijo al diario «The Miami Herald» que pensó que sería una buena idea llevar a The Rolling Stones a Cuba cuando leyó la noticia de que el grupo estaba montando una gira por América Latina.
Con ello en mente en noviembre pasado contactó al mánager de la banda, Jayne Smith, para ofrecerle la idea y en 24 horas obtuvo una respuesta positiva.
Debido a que el concierto tuvo lugar la misma semana que la histórica visita de Obama a Cuba, la primera de un presidente de Estados Unidos desde 1928, se ha asumido que el tiempo y la preparación de alguna manera estaban vinculados, pero no fue así, según Elías.
Todos los aparatos y el material para producir el circo tecnológico que es un concierto de rock moderno, desde las torres de iluminación hasta el agua embotellada, tuvo que ser obtenida en otros lugares y llevado a la isla, según el diario.
The Rolling Stones acordaron hacer el concierto en forma gratuita, pero todos los proveedores tenían que ser pagados.