Chetumal, Q. Roo, 18 julio, poder&crítica.- La aterradora insensibilidad del “gobierno del cambio” sigue reproduciendo en el abusivo despido injustificado. La injusta acción punitiva de los panistas, porque no se puede entender de otra manera y de otra fuerza política; ahora cobró sus huestes en la dirección de gobernación. Con el nombramiento del nuevo inquilino de esa dirección adscrita a la secretaría de gobierno de inmediato fueron despedidos, sin causa justificada, dados de baja, por sus propios camotes seis trabajadores de esa oficina burocrática.
Diez meses después prosigue la misma acción la encarnizada lucha contra los trabajadores, contra la persona non grata. Simple y sencillamente no son admisibles en su esquema azul, y sin mediar coartada, argumentada, en términos de racionalidad, ya no digamos del tipo político, sino de sensatez laboral, pues constituye un despido no leal ni legal, cuando no existe alguna falta que la Ley Federal del Trabajo instituya como sanción.
¿Será se les olvida la vitalidad que ofrece al hombre el trabajo? Para muchos azules esa insensibilidad los distingue, no quieren competidores, destruyen a todo lo que ven como adversario laboral, solamente ellos se sienten útiles e indispensables. Todos debiéramos recordar que el hombre por medio del trabajo desarrolla su personalidad, obtiene los medios necesarios para sacar adelante con dignidad a su familia, presta un servicio a las demás personas y le sirve como vínculo de unión con ellas, contribuye a la riqueza y al bienestar de la sociedad, al desarrollo económico de Quintana Roo, de México y al progreso de toda la Humanidad.
En pasados días fue nominado en la dirección de gobernación Mario Arturo Tapia Vargas, quien superando el viejo estilo de su antecesor Isaías Capeline, arremetió contra los trabajadores de su dirección, aduciendo como justificante solamente el cumplimiento de las órdenes recibidas. La pregunta fluye en el ambiente: ¿Quién realizó la selección de los potenciales burócratas despedidos?, entre los mismos trabajadores y en su natural desesperación y atrevimiento alcanzan a mencionar hasta a Efrén Corona Martín, quien como beneficiario panista ingresó como emergente temporal en esa dirección.
Esa dirección ha sufrido diferentes momentos -cuestionables, pero de risa desde el ascenso de la actual administración, al principio… hasta se presentó allí otro personaje en calidad del nuevo director de gobernación, quien sin pertenecer al cuerpo administrativo de esa dependencia fungió algo menos de 24 horas en dicha auto-imposición o imposición, de otra perversidad dentro de los miembros del autodenominado “gobierno del cambio”. Si pues, ni entre ellos se custodian, por el contrario, andan en busca de las debilidades, no de los adversarios sino de quien comparte también responsabilidades administrativas, para colarse hasta la cocina.
Hoy son seis los trabajadores despedidos por el flagelo azul, entre ellos se despidieron a trabajadores con muchos años de servicio a la burocracia, uno de ellos con más de 28 años de trabajar dentro de la burocracia. ¿Qué será de las familias de estos trabajadores con despidos injustificados? Creemos que esos cuestionamientos no circulan por la parte más alta de López Mena, si para algo le sirviera esa extremidad corporal.
Adicionalmente, esos despidos… no traen como propósito reducir la nómina de la “administración del cambio”, la reducción del capítulo mil para influir en los gastos fijos del gobierno; lo cual sería el ideal, pero cubriendo todas las prerrogativas legales encontradas en la legislación vigente de la ley federal del trabajo. Por el contrario, corren a los trabajadores chetumaleños sin alguna causal y sin compensación económica legal, para incrustar en esos espacios laborales a sus correligionarios yucatecos o poblanos, acciones que lejos de enmarcarse en una acción de austeridad gubernamental, perfilan mayores costos al erario, pues los salarios para quienes llegan son de mayor cuantía que la de los despedidos. En sí, la corrupción disfrazada de compadrazgo, de amiguismo, de parentesco, ojalá no suceda como con otros, a los cuales, les quitan parte de su hinchado salario para abonárselo a su jefe.
Estos despidos siguen dándose en diferentes dependencias, con mejor discreción y sigilo, pues al despedirlos, estos trabajadores son amenazados de perder todos sus derechos laborales si la acción en contra de los trabajadores chetumaleños trasciende el ámbito de su desempeño. Siempre existe algún valiente, no dentro de los despedidos sino por algún familiar dolido de tales despidos y amenazas y nos hace llegar la información. Ahora, en gobernación, López Mena ha ordenado el despido de al menos seis trabajadores quintanarroenses. ¡Veremos de que entidad llegaran los sustitutos!