Los recientes escándalos de corrupción por parte de personajes afiliados a
MORENA, no son sino una réplica de los ocurridos cuando Andrés Manuel López Obrador, era jefe de gobierno del otrora Distrito Federal y pertenecía al PRD.
La respuesta del tepetiteco es exactamente la misma: “No sé nada de eso”, “Apenas los conozco”, “Es un complot” “Es un cuatro de la mafia del poder, porque sienten pasos en la azotea” y así por el estilo; La pregunta es: ¿Qué necesita pasar para que los fieles seguidores del peje, decidan dejar de creerle?
La carrera política de AMLO podría compararse a caminar a pecho descubierto en medio del fragor de una guerra, con bombas cayendo a su alrededor, pero milagrosamente sin ser tocado por una esquirla o una bala. Parece inmune a pruebas tan contundentes como videos y documentos oficiales presentados por sus múltiples detractores.
Por supuesto que los últimos eventos han minado de manera importante la decisión de los indecisos, que no es poca cosa cuando cada voto cuenta en las cada vez más cerradas elecciones que en nuestro país se vienen dando, sin embargo sus creyentes, siguen firmes, al pie del cañón.
Y es que si de algo podemos acusar al peje, es de astucia; Es un verdadero maestro en el arte de manipular a las masas, les dice exactamente lo que quieren escuchar, con discursos enervantes, llenos de pasión y de patriotismo, de populismo, recalca que él vive para defender a los pobres, a los débiles, que su corazón está lleno de honestidad y buenas intenciones. Afirma tener la solución para cada uno de los problemas del país y del mundo, sin embargo en un programa televisivo ante la pregunta del entrevistador, de cómo revertir la inseguridad, cuando asegura que sacará al ejército de las calles, solo atinó a decir que si el presidente es honesto, todos serán honestos.
Ante esto le podemos preguntar de nuevo: Si el jefe de gobierno era honesto ¿Por qué hubieron funcionarios corruptos, no descubiertos por él? Si el líder de MORENA es honesto, ¿Por qué surgen una y otra vez audios y videos de personajes cercanos a él, una vez más descubiertos por terceras personas, cometiendo actos de corrupción? Habría que preguntarles a los narcotraficantes, secuestradores, huachicoleros, asaltantes y asesinos, si transformarían sus vidas al tener un presidente “honesto”. Se los dejo de tarea.
Revista edición impresa año 8 #135
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