PODER Y CRÍTICA | REDACCIÓN | Durante su primer informe de Gobierno el Presidente Municipal de Tulum, Marciano Dzul Caamal, presentó al pueblo y sus invitados un municipio en paz y con creciente bonanza cuando en la realidad es todo los contrario.
Presumiendo que la paz y el desarrollo están devolviendo la esperanza al noveno municipio luego de años de abandono se le olvidó decir que esta considerado entre los municipios de mayor incidencia delictiva.
En materia de seguridad pública, Dzul Caamal aseguró se redujo en 54% la incidencia de homicidios gracias a un trabajo coordinado con el Ejército Mexicano, la Secretaría de Marina, la Guardia Nacional, la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo y la Policía del Estado de Quintana Roo.
Aunque presumió tener más policías, con mejores sueldos y equipos, no pudo evitar que su informe se tiñiera de sangre, pues apenas unas horas antes un hombre fue ejecutado en el municipio, en lo que se presume como un ajuste de cuentas.Esa disminución de inseguridad que solo él y sus allegados perciben, señaló que los homicidios se redujeron 54 por ciento, aunque las familias de los 47 ejecutados durante su administración no lo piensen así.Es vox populi que la policía de Tulum está infiltrada por el crimen organizado y que las 80 body cams o cámaras de solapa, donadas por hoteleros para combatir la inseguridad creciente nunca las operan, desde un centro de mando, sirven para enviar videos a criminales para las ejecuciones o levantones, la policía al servicio del crimen con la venia del alcalde.
Sin denuncia alguna, Dzul Caamal se limitó a decir que le fue entregada una administración con serios problemas financieros y corrupción, entre los que destacan una deuda ante hacienda por más de 65 mdp y un laudo laboral injusto por más de 50 millones de pesos, producto de “una total irresponsabilidad de la administración pasada”, pero es un secreto a voces que protege a su antecesor, Víctor Mas Tah, pues a pesar de quejarse una y otra vez de los “vicios administrativos y actos de corrupción” que heredó de su predecesor, el político no destacó acción alguna para enjuiciarlo y hasta se tomó una foto con él.
Dzul Caamal no desaprovechó la oportunidad para ensalzar a los diputados de su partido ahí presentes, empezando por su hija, Silvia Dzul, quien compró su curul.
Manifestó que se invirtieron millones en obras, como la recién renovada unidad deportiva, pero omitió decir que la mayoría de sus contratos se encuentran censurados, ocultando los montos y contratistas asignados.
En materia de obras públicas, Dzul Caamal destacó que en los primeros 12 meses de su administración se “hicieron obras de alto impacto social que sumaron más de 190 millones, de los cuales el 53% correspondió a recursos propios”.
Para la zona maya, presumió que se invirtieron 45 millones 914 mil 842 pesos en atención a las demandas más sentidas de la población.
En tanto, en la cabecera municipal y colonias “que padecieron el abandono” de otros gobiernos, se invirtieron 151 millones 675 mil 579 pesos.
“Los resultados están a la vista y eso da credibilidad y confianza”, celebró Marciano Dzul Caamal.
Sobre la obra publica se le olvidó decir que el pueblo lo acusa de corrupto, que no hay transparencia y que los contratos son asignadas a empresas ligadas a familiares y amigos.
Durante el informe, el presidente tulumnense consideró que el liderazgo turístico que ahora prevalece en Tulum “permite un crecimiento ordenado, con más oportunidades para el bienestar”, sin embargo se lo olvido mencionar que los hoteleros le exigieron que transparentara el fondo del combate al zargazo.
Esta es la segunda ocasión en que Marciano Dzul Caamal encabeza el Ayuntamiento de Tulum. Antes, de 2009 a 2011, el tulumnense gobernó el naciente noveno municipio, cuyo territorio formaba parte del municipio de Solidaridad, y como en aquella ocasión mintió al pueblo y creció la delincuencia, reprimió a los periodistas y fue acusado de mandar asesinar al director de un medio, las historia se repetiré, sólo que ahora gobierna de la mano del crimen organizado.