MEXICO, 14 Enero;poderycritica.-La Ciudad de México ofrece a los paseantes locales, nacionales y foráneos una amplia gama de atractivos para el esparcimiento y la difusión de la cultura, que van desde hermosos palacios y construcciones hasta imponentes vestigios arqueológicos.
En pleno corazón de la capital del país, muy cerca de la Catedral Metropolitana y a unos cuantos metros de Palacio Nacional, se encuentra el Templo Mayor. Según la leyenda el lugar fue construido donde los mexicas encontraron el águila devorando una serpiente.
En la zona se construyó un museo, abierto desde el 12 de octubre de 1987, que a la fecha ha recibido a más de 13 millones de visitantes.
Entre otras piezas de gran valor arqueológico, en ese recinto se exhibe desde 2010 el relieve policromado que representa a la diosa de la Tierra, Tlaltecuhtli, la mayor pieza escultórica de factura mexica que se ha encontrado.
Cuicuilco, en la delegación Tlalpan, es otro de los primeros asentamientos religiosos en la Ciudad de México que diariamente recibe a un gran número de visitantes. Incluye la Gran Pirámide Circular, además de monte circular de Peña Pobre y la Pirámide de Tenantongo en el Bosque de Tlalpan, publicó en su cuenta en Twitter Promoción CDMX.
Tlatelolco, la segunda ciudad más importante del mundo mexica, también figura en la lista de vestigios arqueológicos dignos de visitarse en la capital del país. Fue el centro comercial más importante del México prehispánico.
Tlatelolco fue una ciudad fundada por los tlatelolcas, tribu Mexica que se separó de los tenochcas, fundadores de México-Tenochtitlan. Allí se encontraba el tianguis más importante de la región y de toda Mesoamérica donde se comercializaba todo tipo de mercancías locales y de las zonas más apartadas.
De la antigua ciudad solo quedan los restos de algunos edificios que constituyen lo que actualmente se conoce como zona arqueológica de Tlatelolco.
Finalmente, en Iztapalapa se encuentra el Cerro de la Estrella, un lugar con gran relevancia religiosa donde se celebraba la ceremonia del Fuego Nuevo. En diferentes puntos del cerro se pueden observar espacios ceremoniales y habitacionales de la época Clásica, además del Posclásico Temprano y Tardío.
La primera ceremonia del Fuego Nuevo data de 1351 y se llevaba a cabo cada 52 años, en el día en que coincidía nuevamente el inicio de los calendarios ritual y solar, y su finalidad era evitar que el sol muriera.
Al Templo del Fuego Nuevo se accede por la Calzada Estrella muy cercana al cruce de la Calzada Ermita Iztapalapa y la Avenida Javier Rojo Gómez. Por Transporte Colectivo Metro quedan cerca las estaciones Iztapalapa y Cerro de la Estrella, correspondientes a la Línea 8.