Poder y Crítica | Redacción | El despunte de una sexta ola de COVID-19 en nuestro país, aunado a un aumento en el número de contagios de influenza estacional, con niños menores de cinco años como principales víctimas, preocupa a especialistas.
“La sexta ola ya inició y es probable que la curva pandémica alcance su punto más alto en los meses donde las temperaturas son más bajas diciembre, enero y febrero, como ocurrió en los dos años anteriores”, advirtió Mauricio Rodríguez Álvarez, vocero de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia Coronavirus de la UNAM.
Detalló que los más afectados son menores de cinco años de edad que no están vacunados contra el SARS-CoV-2 y cuyo organismo no reconoce virus como los de la influenza estacional o el sincicial respiratorio, debido a que estuvieron confinados durante dos años.
En tanto, Cipatli Ayuso, integrante de la Academia Mexicana de Pediatría, alertó sobre el desborde de casos en menores de edad con una combinación de dos o tres de estos virus.
Mauricio Rodríguez explicó que desde el pasado 24 de octubre se ha visto un incremento significativo de casos de influenza estacional, en comparación con los dos primeros años de la pandemia de covid-19, ya que para la semana epidemiológica 45 se reportaban 751 contagios y siete decesos, mientras que en la misma semana de 2021 se contabilizaban 36 positivos y dos defunciones.
Alertó que el riesgo se incrementa debido a que se ha dejado de lado el uso de cubrebocas y la realización de pruebas, lo que daría pie a que la sexta ola de coronavirus “se salga de control”.
La sexta ola pandémica en México está en curso, acompañada de un aumento en el número de contagios de influenza estacional, que es significativamente mayor al registro de casos en la misma semana epidemiológica de los dos primeros años de la pandemia de coronavirus SARS-Cov-2, alertó el doctor Mauricio Rodríguez Álvarez, vocero de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia Coronavirus de la UNAM.
Los más afectados están siendo niños de menos de cinco años que no están vacunados contra el coronavirus y cuyo organismo no reconoce los virus, tanto de la influenza estacional o el virus sincicial respiratorio, porque estuvieron durante dos años confinados. “Hay una gran cantidad de casos que muestran una combinación de dos o de los tres tipos de virus, afectando severamente el organismo de estos menores”, aseguró Cipatli Ayuso, integrante de la Academia Mexicana de Pediatría.
Omicrón y nuevas variantes
La evolución de Ómicron ha sido frenética, a tal grado que la comunidad científica ha bautizado algunas de sus subvariantes como Cerverus, Tifón, Minotauro (denominaciones que no han sido reconocidas oficialmente por la OMS). Frente a ello, se pronostica que de éstas podría venir una declaratoria advirtiendo de la llegada de una nueva variante.
“Hay algunos rumores no confirmados de que muy probablemente salga una nueva variante ya con un nombre diferente a Ómicron, declarada por la OMS”, dice Carlos Arias, coordinador del Consorcio Mexicano de Vigilancia Genómica (CoViGen-Mex).
De acuerdo con las más recientes actualizaciones del CoViGen-Mex, en el país ya se tienen identificados siete genomas como BF.7 y uno más de BQ.1; casi todos en la Ciudad de México. El primer rastro de BF.7 se registró en agosto y el llamado es estar pendientes del comportamiento de estas subvariantes, pues se cree que podrían tomar ventaja frente a las que han circulado en los últimos meses en México. La subvariante BQ.1.1, que ya se ha hecho presente con fuerza en otros países, aún no se ha detectado en territorio nacional.
“Aún y cuando son subvariantes de Ómicron, se están comportando un poco diferente. Por eso, las semanas que siguen son decisivas para saber cuál será la subvariante dominante o si ya los cambios son suficientes para saber si tenemos una nueva variante de preocupación, con otro nombre”, afirma Mauricio Rodríguez, vocero de la Comisión Universitaria para la Atención de la Emergencia Coronavirus de la UNAM.
Entonces, la posible aparición de una nueva variante, el collage de subvariantes, la disminución de atención a las medidas de salud pública, quizá la temporalidad, son ingredientes que pueden determinar la siguiente ola. Hasta el momento, se espera que ésta provoque menos hospitalizaciones y muertes por la inmunidad que ya hemos generado, ya sea a través de la infección natural y también por las vacunas. Por fortuna, hasta ahora, todas las vacunas siguen protegiendo contra las variantes y las subvariantes.
Las nuevas subvariantes encuentran condiciones muy diferentes a lo que fueron encontrando las subvariantes previas porque ya hay una inmunidad por vacunación muy fuerte y porque también ya hay inmunidad por la enfermedad. Sin embargo, estas nuevas variantes y/o subvariantes se las están ingeniando para escaparse de esto y seguirse transmitiendo.
Sí, no es posible declarar cuándo llegará la sexta ola a México pero ahora, más que nunca, urge que se mantenga la vigilancia virológica. Estamos en uno de los momentos más bajos de toda la pandemia, pero ya tenemos claro que las tendencias pueden cambiar en cualquier momento. Dicho lo anterior, el aumento de contagios es predecible, esperemos no de gravedad, pero sí podrían provocar, entre otras cosas, disrupciones en escuelas y oficinas.
La OMS decidió, hace unos días, no retirar aún el estado de emergencia precisamente por el cúmulo de variantes y subvariantes. Así, la declaratoria que daría paso a considerar endemia al COVID-19 tendrá que esperar. Las miradas están puestas en un evento: el Mundial de Qatar 2022, que puede acelerar una ola a nivel global dado que ahí estarán personas de todo el mundo (muchos mexicanos) y eso será un terreno fértil para el virus.