Por: Marcos Rodin Lacroix
Villahermosa, Tabasco. 23
de septiembre del 2014.- El Maestro en Derecho, Juan Gutenberg Soler Hernández, Director de Asuntos Jurídicos de la Secretaría de la Contraloría, es señalado por diversas féminas trabajadoras del Gobierno estatal, que por temor a represalias mantienen su anonimato, como un acosador sexual nato, a costa de su investidura en la administración pública estatal.
Pareciera que no mata ni una mosca, pero es el ogro de la dependencia y de los servidores públicos del Gobierno de Tabasco, pues su área es la encargada de verificar la autenticidad de la documentación y la información que sobre profesiones, patrimonio, y haberes tienen los servidores públicos estatales.
Mal encarado, grosero e intolerante, grita a los cuatro vientos que su cercanía con el Gobernador le hace ser así.
Ha procurado colocar a sus familiares en puestos claves de la administración pública, donde se puedan obtener dividendos incuestionables del régimen gubernamental.
Intolerante con quienes por un descuido yerran en sus responsabilidades, Juan Gutenberg se ha hecho fama y se ha ganado el desprecio de todos los de su área y de la Contraloría, a tal grado que anda buscando donde refugiarse sin llegar al momento en que sus compañeros y la gente con la que ha tratado y ha terminado mal, le hagan algún movimiento grupal y pidan su destitución, por violar sus derechos y actuar de manera prepotente, según protegido por quien manda En Tabasco.
A últimas fechas, varios trabajadores de la Contraloría que colaboran con él muy cercanamente, han filtrado que su intención es hacerse de otro espacio de trabajo en su mismo nivel, y tenerlo reservado para cuando trabajadores o jefes superiores le demanden ese espacio por su malos hábitos y pegar el salto institucional, asegurando sueldo y prestaciones
Esta es solo una punta de la red que a través de su área ha dispuesto Juan Gutenberg Soler, para insertar lo que más pueda de familiares, amigos y compinches, y tener control en procesos de las áreas sustantivas del gobierno, al igual que para cuidarse las espaldas y saltar del tingo al tango en cargos de primer nivel; la política del chango es la que está mermando la imagen de don Arturo Núñez, que ya no ve lo grueso sino lo tupido, y este tipo le echa la mano en el desagrado de su imagen entre los tabasqueños.
Lo peligroso es que si él hace justicia a su modo, pues la tendrá igual, ya que una de sus actuales víctimas, es platónico de un mandamás de los piñales y puede que duerma con una cabeza de cochi a lado…