Mérida, Yucatán, Miércoles 26 de Mayo de 2021, poderycrítica.- Yucatán cerró 2020 con 215 casos de suicidio confirmados por la Fiscalía General del Estado (FGE): 161 hombres y 54 mujeres. La cifra es 12 por ciento menor que la registrada en 2019, cuando el total fue de 245 (198 varones y 47 féminas) siendo el mayor número reportado en los últimos 10 años.
De acuerdo con información obtenida, de los 215 fallecidos por lesiones autoinfligidas el año pasado, 12 eran menores de edad, cuatro mujeres y ocho varones.
Del total de casos, 90 se registraron en Mérida, 29 en Kanasín, 19 en Valladolid, 18 en Tekax, 11 en Hunucmá, 10 en Tizimín nueve en Maxcanú, ocho en Ticul, siete en Umán e Izamal, seis en Motul y uno en Progreso.
Este año, hasta el 25 de mayo se han reportado 110 casos en la entidad, casi el 50 por ciento de las registradas en 2020.
PROBLEMA DE SALUD PÚBLICA
Especialistas señalan que el suicidio es un problema de salud pública que va en ascenso. Este fenómeno es una realidad que duele y lastima a la sociedad y causa una fuerte carga emocional a familiares y amigos de las personas que decidieron quitarse la vida, ya que además del dolor ante la pérdida, genera sentimientos de culpa por un hecho fatal que pudo haberse evitado.
“A pesar de la alta carga emocional y económica que significa, el suicidio es un suceso que puede prevenirse identificando los factores de riesgo y mejorando la salud mental de la población”, afirmó Edilberto Peña, neuropsiquiatra y maestro en ciencias médicas.
“El primer paso para la prevención es enfocarse en sus causas, que son múltiples. Se trata de un problema complejo en el que intervienen factores psicológicos, sociales, biológicos, culturales y ambientales”, explicó.
El especialista dijo que la mayoría de los suicidios son precedidos de signos de advertencia verbal o conductual, aunque algunos se cometen sin advertencia.
SEÑALES DE ALERTA
“Es importante conocer las señales de alerta, como declaraciones o amenazas de quitarse la vida, desesperanza, consumo de drogas o alcohol, deshacerse de posesiones queridas, decir adiós o pedir perdón, aislamiento, hacerse daño a sí mismo, hablar de la muerte como salida a los problemas o presentar cambios bruscos de estado de euforia a tristeza profunda”, detalló.
Edilberto Peña señaló que por medio de intervenciones oportunas y eficaces, basadas en tratamiento y apoyo, pueden prevenirse tanto intentos como suicidios.
“Entre las estrategias específicas de prevención están el acompañamiento en el duelo; promover herramientas para favorecer la salud mental; mitigar los efectos adversos del aislamiento; implementar programas educativos y de concienciación para pacientes, familiares y proveedores de atención médica; facilitar la solución de problemas y evitar la soledad y la desconexión”, afirmó.
“Terapéuticamente hablando, existen formas eficaces para la prevención del suicidio, como la farmacoterapia, psicoterapia y seguimiento tras realización tentativa. También es importante restringir el acceso a métodos letales y compartir guías de buenas prácticas con medios de comunicación. El manejo antidepresivo disminuye significativamente la tasa de intentos de suicidio, sobre todo en poblaciones jóvenes”, apuntó el especialista en salud mental.
