PODER Y CRÍTICA | REDACCIÓN | Lo que debía ser un pintoresco recorrido turístico terminó en tragedia. El histórico funicular Elevador da Glória, uno de los símbolos de la capital portuguesa, sufrió un accidente fatal que dejó 17 muertos y 21 heridos, entre ellos turistas de diversas nacionalidades.
El incidente ocurrió la tarde del miércoles, cuando el vagón, lleno de visitantes y residentes, se estrelló contra un edificio en una curva de la empinada colina que conecta la plaza de los Restauradores con el barrio de Bairro Alto. Testigos aseguran que el tranvía parecía estar fuera de control y sin frenos antes del impacto.
La jefa de la Agencia de Protección Civil de Lisboa, Margarida Castro Martins, confirmó que las víctimas eran en su mayoría adultos, aunque entre los heridos se encuentra un niño de 3 años. Los lesionados fueron trasladados a hospitales de la región; figuran entre ellos ciudadanos de Alemania, España, Francia, Italia, Suiza, Canadá, Marruecos, Corea del Sur y Cabo Verde.
El operador de frenos del funicular, André Marques, también perdió la vida, informó el sindicato de trabajadores del transporte SITRA.
El presidente Marcelo Rebelo de Sousa y el alcalde de Lisboa, Carlos Moedas, expresaron sus condolencias y declararon el jueves como día de luto nacional. “Es una tragedia como nunca hemos visto”, señaló Moedas.
Mientras tanto, la empresa Carris, encargada de la operación, aseguró que el vehículo había pasado por el mantenimiento programado y prometió transparencia en la investigación. La policía judicial portuguesa indaga si la causa fue un fallo en los frenos o la ruptura de un cable de acero.
Como medida preventiva, las autoridades suspendieron de inmediato las operaciones de los otros tres funiculares históricos de Lisboa hasta realizar inspecciones técnicas.
El Elevador da Glória, inaugurado en 1885 y considerado monumento nacional, es una de las atracciones más visitadas de la ciudad, que en 2024 recibió 8.5 millones de turistas.
El impacto de la tragedia trascendió fronteras: las banderas de la Unión Europea ondearon a media asta en Bruselas y varios líderes europeos enviaron mensajes de solidaridad a Portugal.






