Sídney, la autoproclamada «capital mundial del Año Nuevo», recibió el 2026 con un espectáculo de fuegos artificiales que iluminó el puerto y la Ópera, bajo un fuerte dispositivo de seguridad. La ciudad desplegó a 3,000 policías, algunos con armas largas, para garantizar la seguridad de los asistentes.
El evento, que atrajo a más de un millón de personas, incluyó un minuto de silencio en memoria de las 15 víctimas del atentado en Bondi Beach, ocurrido dos semanas antes. El Harbour Bridge se iluminó de blanco y se proyectó una menorá sobre sus pilares, como gesto de solidaridad con la comunidad judía.
El show de fuegos artificiales, que duró 12 minutos, fue uno de los más impresionantes del mundo, con 40,000 efectos pirotécnicos y siete kilómetros de barcazas en el puerto.





