Buenos Aires, Argentina,12 Junio (Notimex); poderycritica.- Lionel Messi es la máxima estrella de la selección de Argentina que debutará este sábado en la Copa América, un torneo en el que tendrá que demostrar que puede brillar como lo ha hecho vistiendo la camiseta del Barcelona.
A punto de cumplir 28 años, el único reto no cumplido de Messi es un título con Argentina, un país en el que no ha logrado consolidarse como ídolo y en el que es frecuentemente cuestionado.
El año pasado, el delantero estuvo a punto de romper lo que algunos ya califican como “una maldición”, cuando ayudó a que Argentina llegara a la final del Mundial Brasil 2014, pero el equipo terminó perdiendo 1-0 frente a Alemania.
Messi es una estrella mundial y sobre sus hombros pesa una presión mediática, sólo comparable a la que hace dos décadas enfrentaba Diego Armando Maradona, el mejor futbolista en la historia argentina y ex técnico de la Selección.
Las comparaciones entre Messi y Maradona se multiplican y son cotidianas en los medios de comunicación locales y en las redes sociales, donde los fervorosos hinchas le exigen a “La Pulga” el requisito de levantar una Copa del Mundo o, mínimo la Copa América, para poder compararse con “El 10”.
En los últimos años, Leo alcanzó todos los títulos posibles, pues condujo a su equipo a coronarse en el torneo español, la Liga de Campeones de Europa, la Copa del Rey, las Súper Copas de Europa y España y el Mundial de Clubes de la FIFA.
Con él al mando, Argentina ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos Pekín 2008, además de que ostenta múltiples récords, como el Guinness por ser el jugador que más goles oficiales metió en una sola temporada: 91 tantos en 69 partidos en 2012.
Messi también es el único jugador que ha ganado dos veces el título de Máximo Goleador del Mundo, tres veces la Bota de Oro, y acumula más de 80 reconocimientos.
Nada de ello cuenta, en Argentina, donde el jugador más caro del mundo, valuado en 138 millones de euros, sólo se consagrará si logra conducir al equipo albiceleste a un título internacional.
Chile se convierte así en la oportunidad para la redención de Messi, un joven que conquista con carisma, sencillez y, sobre todo, talento, porque el futbol argentino no deja de lamentarse por no haberlo apoyado en sus inicios, cuando a los 13 años necesitaba un tratamiento hormonal para jugar.
El delantero comenzó a demostrar su talento en las filas del rosarino Newell’s Old Boys, cuando apenas tenía siete años, y luego negoció su pase al entonces poderoso River Plate, que se negó a cubrir su tratamiento.
Los padres de Messi negociaron entonces con el Barcelona, el club catalán que lo cuidó y lo hizo debutar a los 17 en la liga española, en la cual comenzó a construir una historia plagada de éxitos a los que esta temporada sumó el triplete de campeón de la Liga, la Copa del Rey y la Champions League.
