PODER Y CRÍTICA | REDACCIÓN | La edición de los Juegos Olímpicos de París 2024 sigue siendo centro de controversia debido a un inesperado escándalo relacionado con la calidad de las medallas entregadas a los atletas.
Según un informe reciente del medio francés La Lettre, más de 100 medallas han sido devueltas a la Monnaie de París, la entidad encargada de la fabricación de estos galardones, debido a daños visibles en su superficie.
El problema comenzó a gestarse tras las quejas de diversos deportistas, quienes notaron que sus medallas de oro, plata y bronce presentaban daños como grietas y desgaste excesivo en los barnices. El periodista Matthieu Fauroux detalló que, en solo cuatro meses, más de 100 medallas defectuosas fueron entregadas de vuelta al Comité Organizador de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de París 2024 (COJOP2024).
Este incidente no es aislado. La Monnaie de París ha enfrentado problemas con los barnices defectuosos desde hace más de un año. Incluso, en 2022, una importante empresa de telecomunicaciones había solicitado medallas para premiar a sus empleados, pero las piezas fueron devueltas debido a la aparición de grietas.
Los problemas con los barnices han sido atribuidos a la insuficiente anticipación de un cambio normativo que prohibió el uso de trióxido de cromo, un componente tóxico en los acabados, lo que obligó a realizar ajustes en los procesos de producción en un plazo reducido.
El escándalo comenzó a ganar notoriedad durante los primeros días de agosto, cuando el skater estadounidense Nyjah Huston mostró públicamente el deterioro de su medalla de bronce obtenida en la categoría street.
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“Las medallas olímpicas se ven geniales cuando son nuevas, pero después de dejarlas en mi piel con un poco de sudor, no son tan de alta calidad como uno pensaría”, comentó Huston en un video viral, mostrando cómo la medalla comenzaba a descascararse.
Menos de una semana después, el nadador Maxime Grousset compartió una experiencia similar, señalando que su medalla parecía estar “destrozada” y oxidada. Más quejas siguieron, incluyendo la de la futbolista estadounidense Lynn Williams, quien afirmó que su medalla se rompió tras caer al suelo, sugiriendo que las medallas deberían ser más resistentes.
La controversia continuó en el mes de septiembre, cuando los nadadores franceses Yohann Ndoye Brouard y Clément Secchi también señalaron el deterioro de sus medallas, describiéndolas con términos como “piel de cocodrilo”.
El Comité Organizador de París 2024 reaccionó rápidamente, asegurando que reemplazaría todas las medallas defectuosas y se comprometió a producir nuevas distinciones con la misma calidad original.







