PODER Y CRÍTICA | REDACCIÓN | La etiqueta de corrupción del gobierno panista de Mauricio Vila Dosal en Yucatán es sin dudarlo el “Va y Ven”, un descomunal desfalco al presupuesto yucateco que camina en la impunidad junto con su operador estrella, Rafael Hernández Kotasek, quienes vendieron ese transporte como símbolo de modernidad y que se convirtió en monumento a la putrefacción gubernamental.
Lo que presentaron como un modelo de movilidad sustentable se convirtió en un barril sin fondo de deudas, contratos amañados y promesas rotas; terminó siendo una de las mayores estafas administrativas del panismo reciente.
Detrás de los autobuses pintados de azul y blanco hay millones de pesos tirados al vacío: rutas colapsadas, rampas inservibles, operadores sin salario y concesionarios que siguen cobrando por kilómetros nunca recorridos.
Kotasek, autoproclamado “arquitecto del transporte”, dejó el cargo justo antes de que el sistema se desplomara. Hoy vive cómodamente en Quintana Roo, eludiendo cualquier responsabilidad sobre el desfalco que él mismo diseñó y que ahora implementa en esa entidad para seguir medrando con total impunidad el presupuesto del pueblo. Ahora lo cobija y protege la Cuarta Transformación.
El actual gobierno morenista en Yucatan denunció que las auditorías revelaron facturas fantasmas, un faltante de 1.6 millones en la Agencia de Transporte y un contrato por 15 años para el CETRAM Norte que sangra 22 millones anuales del erario.
La administración de Mauricio Vila firmó los acuerdos que hoy tienen a Yucatán pagando los platos rotos. El exgobernador, ahora estudiante en Harvard, habla de liderazgo y eficiencia mientras ignora el colapso que dejó a su paso.
Prometió transporte de vanguardia y entregó un sistema quebrado que depende del subsidio estatal para no morir. Su discurso en inglés no logra maquillar una Mérida llena de baches, un transporte que no avanza y un pueblo que aún paga la factura de su “modernidad”.
Mauricio Vila Dosal y el exdirector de la Agencia de Transporte de Yucatán (ATY), Rafael Hernández Kotasek son los personajes de quebraron un sistema de transporte, que inflaron las espectativas y que hoy se ocultan para no dar la cara del desastre que dejaron en Mérida.
Mauricio Vila Dosal, quien gobernó Yucatán de 2018 a 2024, ha permanecido en silencio desde que comenzaron los señalamientos en torno al Va y Ven. La falta de respuesta por parte del exmandatario resulta particularmente llamativa, dado que en su momento fue quien avaló y promovió la implementación de dicho sistema.
La misma situación se observa con Rafael Hernández Kotasek, quien ocupó la dirección de la ATY durante el inicio y consolidación del proyecto. Hasta la fecha, ni Vila Dosal ni Hernández Kotasek han salido a responder o aclarar las acusaciones que se han vertido en su contra.
La estrategia de mantener un perfil bajo por parte de Vila Dosal y Hernández Kotasek genera especulaciones sobre su postura frente a las críticas y la posible responsabilidad en las fallas del sistema.
La ausencia de declaraciones por parte de los saqueadores de ATY se interpreta como una estrategia de omisión que deja abierta la percepción pública sobre su responsabilidad en los problemas del sistema.
Los yucatecos en diversa publicaciones advirtieron y exhibieron a Hernández Kotasek el descomunal saqueo que hizo al frente de la ATY, cuando supieron que sustituiría a Rodrigo Alcázar Urrutia en el Instituto de Movilidad (Imoqroo) a partir del 1 de febrero de este año.
Hernández Kotasek presentó su renuncia desde diciembre al gobernador Joaquín ‘Huacho’ Díaz Mena, ya que el ex gobernador Mauricio Vila. lo propuso para encabezar la ATY hasta por 15 años.
Al abandonar el cargo los yucatecos conocieron que Hernádez Kotasek les dejó una la deuda de 1,700 millones de pesos que contrajo la administración anterior para obras de infraestructura y por el subsidio directo a la ATY.
La deuda se contrató en 2022 para pagar en 20 años y el dinero sirvió para “financiar los trabajos de infraestructura que acompañaron la entrada en vigor del nuevo modelo, como nuevas calles y los Cetram (Centros de Transferencia Modal)”.
El sistema Va y Ven le cuesta al Estado 206 millones de pesos mensuales, sin considerar el citado préstamo. Solo ingresan $75 millones a la ATY, de modo que la diferencia es aportada por el Ejecutivo.
En el Presupuesto de Egresos 2025 se incluyeron poco más de 2,400 millones de pesos para el sistema de transporte, que en teoría deberían ser suficientes para los pagos que se generan, pues Hernández Kotasek realizó una proyección donde afirmaba que se recaudarían este año 1,600 millones de pesos por concepto de ingresos propios, “lo máximo a que vamos a llegar es a 900 millones de pesos”, dice el nuevo titular de la Agencia: “Por eso la Secretaría de Administración y Finanzas ya tuvo que poner mil millones de pesos”, dijo José Sosa Novelo, actual titular de ATY, y asegura que “los que se fueron sabían cómo iba a venir el problema”.
En 2021 se introdujo el sistema Va y Ven, con 20 camiones en dos rutas. En ese momento, ningún problema con el subsidio. En 2022 entraron cinco unidades más con una ruta. Tampoco problemas con los pagos.
En 2023 se incorporaron otras 224 unidades, con 17 rutas. En 2024 se disparó todo, pues entraron 537 camiones más, en 75 rutas, y todos en el segundo semestre y además dejaron una deuda de 400 millones en compromisos por cumplir, detalló el relevo de Kotasek para dimensionar el boquete financiero.
Este año se sumaron otros 49 camiones, con 16 rutas. El total actual es de 835 unidades en 105 rutas. “No perdamos de vista la cifra de 835 unidades, por esta razón: los genios del gobierno anterior dijeron: oye, pues resulta que el sistema de movilidad en Mérida necesita un mínimo de 1,137 unidades y un máximo de 1,736, para que funcione bien…
La nueva administración morenista asegura que el costo actual de operación de las unidades del Va y Ven es de 2,600 millones de pesos anuales. “Si fueran 1,137 se elevaría a $3,597, y si llegáramos al supuesto máximo de 1,736 serían $5,466 millones. ¿En qué cerebro surgió esa idea?”, dijo Sosa Novelo cuando reveló la grave situación que dejó Kotasek en Yucatán.
El nivel de ocupación del transporte está a la baja. Solo uno de cada diez habitantes de Mérida lo utiliza. Las estadísticas de la zona metropolitana de Mérida muestran que en 2013 había 851,521 pasajeros, en promedio. En 2014 el número se redujo a 784,288 y en 2019 a 563,133.
Pero eso no es todo, tras inversión de $4,387.8 millones en el Va y Ven, ahora se instalarán anuncios hasta en el techo de los vehículos, pues en sus últimos seis días como titular de la ATY Hernández Kotasek, autorizó la publicidad en el Va y Ven, que opera en los municipios de Mérida, Umán, Kanasín, Ucú, Progreso, Valladolid y Tizimín; esto, según el Acuerdo ATY 07/2025 Reglamento General para regular la Publicidad del Sistema Metropolitano de Movilidad Amable y Sostenible Va y Ven, que firmado por el propio Hernández Kotasek se promulgó el 24/1/2025 en el Diario Oficial del Estado de Yucatán (DOEY).
Se trata de un gigantesco negocio avalado en el Acuerdo ATY 07/2025 que establece que se podrá fijar publicidad en cualquier espacio –hasta en el techo– de los autobuses y también en los Centros de Transferencia Modal (Cetram) y, además, fija una onerosa multa de casi $60,000 a quien se tarde en quitar una publicidad.






