PODER Y CRÍTICA | REDACCIÓN | La Cámara de Diputados aprobó una reforma a la Ley de la Guardia Nacional que transforma oficialmente a esta corporación en una fuerza armada bajo control directo de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), eliminando su carácter civil. La nueva legislación también permite que los militares puedan contender por cargos de elección popular y desempeñarse en funciones dentro de los tres niveles de gobierno.
El dictamen fue respaldado por la mayoría oficialista, mientras que la oposición lanzó severas críticas, señalando que se trata de un paso más hacia la militarización de la seguridad pública y el debilitamiento de las instituciones civiles.
Con esta reforma, la Guardia Nacional podrá realizar tareas de investigación e inteligencia, operaciones encubiertas y, con autorización judicial, intervenir comunicaciones privadas. Sin embargo, diversos legisladores han expresado preocupación por un posible uso indebido de estas herramientas, especialmente contra voces críticas del gobierno.
Desde Morena, el diputado Julio César Moreno aseguró que las nuevas facultades tienen un enfoque civil y buscan profesionalizar a la corporación. En contraste, el legislador panista Guillermo Anaya calificó la reforma como una «ley espía» que abre la puerta a una vigilancia masiva de la ciudadanía, mientras que el priista Rubén Moreira denunció un intento por consolidar un sistema autoritario en el país.
Organizaciones civiles y expertos en derechos humanos advirtieron que la reforma contraviene compromisos internacionales suscritos por México, como los establecidos por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Arturo Villarreal Palos, académico de la Universidad de Guadalajara, afirmó que esta medida rompe con la promesa de mantener un mando civil en la Guardia Nacional.
Resultados en seguridad y estrategia de Sheinbaum
En paralelo, el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, informó sobre los avances logrados desde el inicio del gobierno de Claudia Sheinbaum. Entre octubre de 2024 y junio de 2025, fueron detenidas 24,652 personas por delitos de alto impacto y aseguradas 178 toneladas de drogas, incluidas 41 de cocaína y más de tres millones de pastillas de fentanilo.
Además, se han decomisado 12,736 armas de fuego y desmantelado 1,150 laboratorios clandestinos en todo el país, lo que representa un récord histórico en decomisos.
La presidenta Sheinbaum atribuyó estos resultados a su estrategia de seguridad basada en cuatro pilares: atención a las causas sociales, fortalecimiento de la Guardia Nacional, uso de inteligencia, y reformas legales al Sistema Nacional de Seguridad Pública.