Poder y Crítica | Redacción | Una vez más llovieron las críticas en contra de Alonso Ramírez Reyes, titular del Instituto Municipal de Cultura en Culiacán, por un nuevo acto que aparentemente promovería la apología del delito, ya que posó con una “escopetarra”, un fusil AK-47 adaptado con partes de una guitarra.
Esto ocurrió la tarde del lunes 10 de octubre, durante una conferencia de prensa en la que el funcionario anunció el Concierto por la Paz, que tendrá lugar el domingo 16 de este mismo mes en el Teatro Griego del municipio.
Cabe recordar que la semana pasada, concretamente el 1 de octubre, la misma dependencia fue objeto de múltiples señalamientos por fomentar la narcocultura en el Ochito Fest, celebrado en el marco de la conmemoración del 491 aniversario de Culiacán.
En tal evento se presentó Peso Pluma, conocido por interpretar corridos tumbados, quien cantó el tema Siempre pendientes, el cual contiene referencias a Joaquín El Chapo Guzmán Loera.
Luego de dicho acto musical y las críticas que desencadenó, el Ayuntamiento de Culiacán se deslindó e incluso condenó la participación del cantante en el festival, pues “va totalmente en contra de los principios y valores que se han venido fomentando por el Municipio”.
Días después, durante un breve encuentro con la prensa local, el propio alcalde de Culiacán, Juan de Dios Gámez Mendívil, consideró que el festival fue un “buen ejercicio” porque “se volvió ciudadano, fue para la misma gente” y no estuvo tan relacionado con el gabinete del Ayuntamiento.
Por su parte, Alonso Ramírez estimó que dicho acto musical no opacó las celebraciones y reconoció que fue un hecho que se les salió de las manos, ya que Peso Pluma no estaba contemplado en el cartel inicial, pero los organizadores del evento lo incluyeron tras la cancelación de Junior H, quien también es cantante de corridos tumbados.
¿Cuál es el origen de la “escopetarra”?
El polémico objeto con el que posó Alonso Ramírez durante la conferencia de prensa es una creación del músico colombiano César López.
Consiste en un fusil AK-47 que fue adaptado con partes de una guitarra para convertirse en un instrumento musical funcional.
La idea surgió después del atentado del 7 de febrero de 2003 con un coche bomba, atribuido a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), contra el Club El Nogal, en el que murieron 36 personas 170 más resultaron heridas.
A modo de protesta, López y otros artistas colombianos se manifestaron de la mejor forma que sabían hacerlo: con música. Durante una de sus presentaciones en los alrededores del club en ruinas, el cantautor observó a un soldado que sostiene su rifle del mismo modo que él agarraba su guitarra.
Ese fue el detonante para crear la “escopetarra”.
Desde 2006 César López ha colaborado con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) en la campaña “Generación de la no violencia”, instancia a partir de la cual ha recibido los fondos y los rifles de asalto para crear estos objetos.
Diferentes “escopetarras” han sido donadas a artistas o instituciones que colaboran en favor de la paz, como Juanes, Fito Páez, Manu Chao, Miguel Botafogo y Los Aterciopelados, por mencionar algunos.
A pesar de la intención con la que fue creado este objeto, la presentación de Alonso Ramírez con ella fue considerada por algunos usuarios de redes sociales y artistas locales como algo desafortunado, debido al contexto de violencia que persiste en Sinaloa derivada de la presencia de grupos criminales como el Cártel de Sinaloa.
“El asunto con la guitarra/metralleta, es que desde hace años, el plomo se ha hecho “música”… Llegaron tarde esa referencia o a esa concepción… quizá de dónde venga el artista funcione porque no hay narco corridos… Es quizá porque el ARTE es un asunto de contextos, pero eso no lo sabe Cultura Culiacán”, expresó Teresa Díaz del Guante, directora artística de un grupo teatral sinaloense.
