CANCÚN | La mafia que heredó Rodrigo Alcazar Urrutia, ex titular del Imoveqroo en la Dirección de Tránsito Municipal de Benito Juárez, sigue operando al 100 por ciento en manos del director Ezequiel Segovia Góngora y supervisada por el secretario general del ayuntamiento Pablo Gutiérrez Fernández encargado de administrar esa millonaria ‘caja chica’ de funcionarios corruptos incrustados y arropados por la Cuarta Transformación.
En información enviada a la redacción de Poder y Crítica, denuncian que Segovia Góngora exige cuotas impagables a los elementos bajo su mando y que después de la denuncia y evidencia publicados en Poder y Crítica ahora les exige diariamente 2 mil pesos por motopatrulla; 5 mil pesos diarios por patrulla nueva y 10 mil pesos a los coordinadores.
Esta red de corrupción es operada por el supervisor de patrullas Víctor Escoto alias «El Diente»; el supervisor de motopatrullas José Luis ‘N’ con clave «Mantaraya»; también el jefe de la dirección de Peritos de Tránsito, Luis Iván Cortés alias «El Cejas».
También están involucrados en esta corrupción el Jefe de «Verificadora de Trailers» Jorge Gracia Cohuo con clave «Matrix»; el Supervisor de patrullas Juan Peraza Balam, todos trabajan en un engranaje de ‘moches’ que se reparten y la mayoría de las ganancias terminan en manos de Pablo Gutierrez a quien la tropa apoda «La Niña de la Tulum» en referencia a la dirección donde se ubica el Ayuntamiento de Benito Juárez.
Recientemente elementos de Tránsito fueron captados en un video que se viralizó en redes sociales, donde se observa a dos oficiales exigiendo un soborno de 4 mil pesos a un conductor involucrado en un incidente vial. El suceso ocurrió en la avenida José López Portillo.
En el video, se muestra a los dos policías dentro de la patrulla número 5565, mientras dos civiles revisan sus bolsillos, posiblemente buscando documentos oficiales o dinero, y mantienen una conversación con uno de los uniformados, mientras el otro observa. Después de casi un minuto y medio de diálogo, uno de los civiles se aleja, mientras el otro continúa hablando con el policía, incluso con medio cuerpo dentro de la patrulla.
Finalmente, ambos civiles se alejan tranquilamente sin darse cuenta de que estaban siendo grabados por un motociclista. Los policías, por su parte, se alejan a gran velocidad, mientras el motociclista afirma que les pidieron 4 mil pesos para evitar una infracción.
Las quejas y los videos de ciudadanos y turistas denunciando abusos por parte de los elementos de tránsito se han vuelto cada vez más frecuentes, por parejo, patrulleros y peritos han sido señalados por estar obligados a pagar cuotas a sus superiores, cobrándosela a la sociedad.








