PODER Y CRÍTICA | MARTÍN G. IGLESIAS | Las y los presidentes municipales que asumieron el cargo el pasado 30 de septiembre, no tenían la certeza de cómo se encontraban las arcas de la hacienda pública, mucho menos los vicios que dejaron sus antecesores en cuanto a las compras, la contratación de obra pública y la nómina.
Hasta hoy, hay casos que están en manos de las autoridades correspondientes, como en Isla Mujeres, donde Atenea Gómez Ricalde, evidenció las presuntas corruptelas en el manejo de la basura, sobre sueldos, desvío de recursos, entre otras irregularidades que mantenía el expresidente, Juan Carrillo Soberanis, que ahora está como Diputado Federal.
Pero también la presidente municipal de Solidaridad, Lilí Campos Miranda, especialista en derecho, reveló que la administración pasada presidida por Laura Beristain Navarrete, pagaba 34 millones de pesos mensuales a aviadores, por lo que no descartó la denuncian correspondiente ante la Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción, para proceder legalmente contra los involucrados.
En Tulum, “no cantan mal las rancheras”, la reelección que deseaba Víctor Mas Tah, era para continuar con malas prácticas de otorgar permisos para realizar fiestas clandestinas en plena Pandemia; ocultar la falta de capacitación de los elementos policiacos, quienes por no estar preparados para detenciones, terminaron con la vida de una persona. Además de la lista de aviadores que tenían en la nómina, los constructores preferidos, los proveedores de otros estados, entre otras irregularidades. Aumentó la pobreza, la inseguridad, la extorsión y la corrupción.
Al llegar Marciano Dzul Caamal como presidente, éste se ha dedicado a corregir los errores, no a lamentar la situación en la que dejaron el Municipio más próspero del Estado. Por ejemplo, ahora su administración tendrá que pedir perdón a los familiares de la salvadoreña asesinada por exceso policiaco; a corregir los vicios en las obras públicas; a destinar recursos extraordinarios para el Desarrollo Social, principalmente en la zona maya, donde durante las pasadas administraciones poco les ha importado.
Es así, que las y los alcaldes tienen que corregir los errores que cometieron sus predecesores, no caer en ellos, menos ceder a la tentación de culpar a la anterior administración por la inoperancia en la que quedaron algunas administraciones; lo que tienen que hacer es “tomar el toro por los cuernos” y así avanzar por el bien del pueblo.
Con miras a las elecciones del próximo 5 de junio, la Confederación Autónoma de Trabajadores y Empleados de México (CATEM), ligada al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), formalizó su Comité Ejecutivo Estatal y ratificó a Juvenal Reyes Marrufo como dirigente en Quintana Roo.
Indiscutiblemente Juvenal Reyes tiene atributos positivos, por ese fue considerado por esta Confederación manejada desde el centro del país; pero aquí en Quintana Roo tenemos algunos datos del ahora líder de la Catem: fue director de tránsito de Benito Juárez en 2016, durante la administración de Paúl Michel Carrillo de Cáceres, cargo del que fue destituido por presuntamente amagar con un arma de fuego al entonces director de turismo municipal, Francisco “Frank” López Reyes.
También fungió como director del Centro de Retención Municipal (El Torito) cargo del también fue destituido en medio de escándalos por señalamientos de corrupción y abuso contra los elementos. Y previamente fue directo de la Cárcel de Cancún, en el trienio de Gregorio Sánchez Martínez (2008-2011). Ahí se las dejo…
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