PODER Y CRÍTICA | REDACCIÓN | La confrontación política entre Reyna Tamayo Carballo y Eduardo Martínez Arcila esta llevando al despeñadero al Partido Acción Nacional que ahora busca cobijo y alianza con el partido Morena.
Martínez Arcila, actúa con prepotencia, soberbia y altanería por encima de las bases panistas y de los liderazgos que se asoman en un alicaído partido que se niega a desaparecer en la entidad ante el avasallamiento electoral de la Cuarta Transformación en las últimas dos elecciones locales .
Martínez Arcila siempre acusa a Reyna Tamayo de congraciarse con el Gobierno del estado, con Morena, «Es lamentable, porque deben definir si son o no oposición», ha manifestado en más de una ocasión contra la reelecta dirigente albiazul.
El PAN de Quintana Roo vivió este domingo una “fiesta democrática” atípica, pues unas decenas de consejeros estatales impidió la elección abierta a militantes y el partido «decidió darle la reelección la actual dirigente, Reyna Tamayo, en medio de acusaciones de manipulación y fraude».
Las acusaciones tienen que ver con que Reyna Tamayo no tuvo rivales internos. Y esa ausencia de competidores no es casual. Justamente los opositores internos de la actual dirigente la culpan de haber sido quien dejó sin candidatura a Susana Martínez, respaldada por Eduardo Martínez quien quería competir por el cargo.
La acusación dice que la dirigente partidaria, y también diputada local, presionó a los consejeros estatales del partido para que no le dieran su firma de apoyo a Susana Martínez, un requisito indispensable para que se apruebe una candidatura interna, sin embargo el trasfondo era que no llegara una incondicional de Arcila, «El Cacique Azul» se quiere perpetuar en el poder.
Susana Martínez necesitaba 13 firmas y sólo consiguió 10, y por ello acusó a Reyna de orquestar una operación en su contra con los consejeros; al final el Consejo Estatal del PAN se reunió solo para refrendar un nuevo mandato de Reyna Tamayo, sin nadie que se le opusiera.
La reunión de Consejo se realizó este domingo en la sede del Comité Municipal del Partido en Felipe Carrillo Puerto, y allí Reyna Tamayo y Germán González fueron ratificados como presidenta y secretario general, respectivamente, para continuar al frente de la dirigencia estatal del partido en el periodo 2025-2027.
El resultado se dio durante la sesión del Consejo del Comité Directivo Estatal (CDE) del PAN, en la cual se contó con la asistencia de 58 de los 63 consejeros estatales que lo integran. La fórmula conformada por Tamayo y González obtuvo un respaldo mayoritario de 52 votos a favor, frente a 6 votos en contra.
En las ultimas horas, Marcelo Rueda, uno de los panistas que públicamente denunció la operación de Reyna Tamayo para no tener contendiente en su reelección, emitió un comunicado en el cual consideró a esta elección interna como “un episodio antidemocrático”.
«El PAN de Quintana Roo no solo está permitiendo esta práctica antidemocrática, sino que lo hace con la complicidad de aquellos que han recibido todo del partido. Hombres y mujeres cuya carrera política y profesional se ha construido casi en su totalidad dentro del PAN, ahora prefieren no arriesgar sus posiciones o privilegios. Optan por callar, por no firmar para la competencia o por avalar decisiones que, lejos de fortalecer al partido, lo debilitan ante los ojos de su propia militancia”, dice el comunicado.
“La democracia no es un trámite ni un discurso vacío. Es una práctica que exige congruencia. Es un acto de valentía que implica aceptar la incertidumbre de no saber quién ganará una elección. Pero en el PAN de Quintana Roo, se ha optado por eliminar esa incertidumbre, reemplazándola con acuerdos de cúpula que traicionan los ideales fundacionales del partido”, agrega.
La reelección de Reyna Tamayo en la dirigencia consolida la postura de un sector del PAN muy ligado a MORENA y la 4T.
El partido pasa por el peor momento de sus últimos 30 años en el estado. Después de muchos años ha dejadlo de ser crítico del poder y no tiene peso electoral en ningún municipio.
Cuando se proyectó la renovación de las dirigencia en Quintana Roo la militancia apostó a la necesidad de contrarrestar la mala percepción ocasionada por la fallida administración de Carlos Joaquín González, quien sin ser militante se asumió con un gobierno blanquiazul.
Mientras que en Quintana Roo, donde tienen “bastante claro” las razones, malos trabajos y las omisiones que ocasionaron que hoy se encuentre en la debacle política, sin el apoyo de la gente y con muy poca representación en el Congreso local, los Cabildos y en general en los espacios de toma de decisiones.
El PAN sabe que el distanciamiento social que los dejó en últimos lugares en las urnas es producto del mal gobierno encabezado por Carlos Joaquín González, en quien depositaron su confianza para representarlos, y los dejó mal ante la ciudadanía, una percepción en la que Eduardo Martínez Arcila fue parte importante ante su pésima actuación como diputado local.
Y es que la XV Legislatura del Congreso de Quintana Roo rompió todos los récords, obtuvo el mote de la peor que haya existido, en dos años gastó más de mil millones de pesos; el nieto del primer gobernador de Quintana Roo, Jesús Martínez Ross, durante su gestión demostró no saber y/o tener idea de lo que es ser presidente de la Gran Comisión, pero en cambio, si ha demostrado tener muy afiladas las uñas y ser un experto mago en las finanzas, desapareció hasta los centavos.